Por: Redacción

En México, la proporción de investigadores por cada mil habitantes es de 0.9, cifra muy por debajo de las que presentan Alemania y Reino Unido, de 7.9 y 8.2, por lo que es indispensable apoyar a científicos mexicanos con mayores y mejores fuentes de empleo y salarios, indicó la diputada Ana Guadalupe Perea Santos (PES).

Por tal motivo, planteó exhortar al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) a que, dentro de su convocatoria sobre la obtención de apoyos del Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación (PEI), estipule que las empresas beneficiadas contraten a ex becarios de la misma institución, a fin de dar continuidad a su crecimiento laboral.

La legisladora destacó que, en 2013, la Tasa Media de Crecimiento Anual de Investigadores en nuestro país fue de 4.6 por ciento; “esto significa que tendrían que pasar 20 años para alcanzar el promedio de científicos con los que cuentan países como Argentina y Turquía, con alrededor de 2.5 investigadores por cada mil habitantes”.

Dijo que México aporta en investigación y desarrollo el 0.43 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB). En contraste, Alemania, China y Estados Unidos presentan inversiones de 1.7 a 3.35 por ciento; incluso, Corea del Sur, con una economía similar a la nuestra, dedica el 4.36 por ciento para este fin.

La diputada federal por Hidalgo precisó que tan sólo en Japón la inversión de las empresas en investigación y desarrollo es de 76.5 por ciento; el resto lo aportan los gobiernos y otras entidades. Por lo contrario, en México la mayor parte lo tributa el gobierno con alrededor del 60 por ciento.

Ante ello, precisó, “es necesario que empresas en México generen más conocimiento científico y tecnológico, no solo como producto de la vinculación con universidades y centros de investigación, sino también como producto de sus propias actividades de investigación y desarrollo”.

Explicó que nuestro país paga más de lo que recibe por regalías y asistencia técnica en el exterior. “Para afrontar este reto, agregó, se requiere no solo incentivar a las empresas instaladas a invertir en investigación y desarrollo, sino fortalecer su capital humano dedicado a esta actividad mediante la contratación de científicos”.

“Mientras no haya expectativas realistas de que los científicos en México pueden encontrar trabajo con un salario acorde a su formación académica, el número de jóvenes que se decidan ser científicos será menor”, advirtió.

Enfatizó que en 2013, cerca del 20 por ciento del Gasto Nacional en Ciencia y Tecnología, que corresponde al 0.15 por ciento del PIB, se dedicó al rubro de educación de posgrado; sin embargo, debido a la falta de oportunidades de empleo y a otros rezagos existentes, el capital humano formado no ha podido cubrir las necesidades del país.

Informó que para incentivar la contratación de ex-becarios del CONACyT se implementó el Plan de Retención y Repatriación de Investigadores Mexicanos que, junto con las plazas de centros de investigación públicos y de instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, constituyen una opción de empleo para los investigadores.

Pero estas opciones no son suficientes para el número de científicos jóvenes que obtienen un doctorado, aclaró.

Aunado a ello, detalló, el sector público no puede ser el principal empleador de científicos, ya que eventualmente comprometería la sustentabilidad del sistema de ciencia y tecnología del país, debido a que no solo implicaría un alto costo de nómina, sino también un gasto para proveer de los medios para llevar a cabo su trabajo.