Por: Redacción

La Comisión de Ciencia y Tecnología y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) inauguraron en San Lázaro el curso “Forjando Innovadores Protegidos”, cuyo objetivo es familiarizar a estudiantes y profesionistas con los avances legales en materia de Propiedad Intelectual, para resguardar las invenciones y obras artísticas y científicas mexicanas, en el ámbito comercial.

Tania Victoria Arguijo Herrera (PRD), secretaria del órgano legislativo, detalló que esta actividad académica pretende que los asistentes “exploten” los beneficios de la reforma en materia de Propiedad Industrial, aprobada por la Cámara de Diputados en diciembre de 2015, y a espera de su ratificación en el Senado.

Con la enmienda a las leyes de Ciencia y Tecnología, y Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos, enfatizó, los innovadores y emprendedores podrán enfrentar conflictos de interés, estarán amparados legalmente, y tendrán más facilidad para patentar sus invenciones.

“La protección de los derechos de autor y la propiedad industrial se veían lejanos y estancados con los candados. Con la reforma se quitaron. Es un gran paso que debe aprovecharse para que valga la pena el cabildeo y las discusiones en tribuna en la Cámara de Diputados”, agregó.

Con la reforma y la difusión de sus alcances, estarán protegidos los artesanos y podrán evitarse casos como el de Santa María Tlahuitoltepec, Oaxaca, cuyos habitantes acusaron a una ciudadana francesa de plagiar un diseño textil tradicional de la localidad.

“Cuando se implemente la reforma, se protegerá a artesanos textiles. Es un paso contundente del Congreso de la Unión para gente que lo necesita demasiado”, concluyó.

Por su parte, Daniel Ochoa González, subdirector divisional de Examen de Signos Distintivos B, de la dirección Divisional de Marcas del IMPI, señaló que en México no se tiene la cultura de proteger obras.

Agregó que el objetivo de ese organismo es salvaguardar las ideas porque son innovación. El instituto tiene la misión de garantizar la defensa de los derechos de propiedad industrial, y otorgar a los creadores la seguridad jurídica necesaria para el aprovechamiento legítimo de su capacidad inventiva.

Para posicionar un producto en el mercado, primero se le debe proteger; y los emprendedores tienen que conocer sobre el tema, lo que ayudará, además, a no “piratear” ideas de otros, explicó.

Añadió que a nivel internacional existe el Convenio de Berna, el cual establece las reglas generales para determinar la protección de los derechos de autor. Y en cuanto a la propiedad industrial, dijo, está el Convenio de Paris, que cuida los signos distintivos e invenciones.