Por: Redacción /

La diputada Claudia Corichi García (Movimiento Ciudadano), integrante de la Comisión Especial de la industria vinícola y berries, apuntó que la defensa de los productores nacionales de los agaves de mezcal debe ser primordial en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Es un sector emblemático del campo mexicano, enfatizó.

Es necesario proteger la cadena de producción de estos agaves y ver al mezcal como un tema de identidad nacional, de primer orden, precisó al participar en el foro “Diálogo Nacional por el Mezcal 2017”.

Aseguró que el consumo del mezcal ha aumentado y se requiere legislar sobre este producto, pero a corto plazo el Congreso puede aprobar presupuesto para lograr su desarrollo.

La legisladora indicó que, a pesar de ser una bebida tradicional e importante para cultura mexicana, a veces pasa de largo y no tiene los recursos etiquetados para fortalecer su producción, por lo que es necesario hacerla visible.

“Estoy convencida de que los maestros mezcaleros se merecen todo el respeto y requieren apoyo, así como el impulso en la difusión de esta bebida en todo el mundo, para que sea considerada como patrimonio inmaterial de la humanidad”.

Ariel Vázquez Elorza, del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A.C., indicó que a nivel mundial existen 210 especies de agave de mezcal, y de estas 159 crecen en México.

Explicó que Oaxaca posee la mayor diversidad con 37 especies; Durango con 30; Jalisco, 29; Puebla, 25, y Sonora 24. De ahí la importancia de impulsar las políticas públicas que permitan innovar los sistemas administrativos y de producción para lograr un precio fijo, explicó.

Afirmó que anualmente los productores de agave ganan 41 mil pesos, es decir, entre 100 y 112 pesos al día, debido a problemas de organización, por lo que propuso capacitación y profesionalización del oficio.

Agregó que en el país existen 963 municipios que producen mezcal y exportan alrededor de 24 millones de dólares en este agave; sin embargo, es muy poco si se toma en cuenta que el tequila tiene 281 municipios con denominación de origen y exportan mil millones dólares.

Mencionó que, en el 2016, Oaxaca produjo dos millones de litros, lo cual representa el 83 por ciento de la producción total; el resto es aportado por Zacatecas, Guerrero y Michoacán, entre otros.

Ismael Hernández Hernández, catedrático de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), mencionó que desde hace algunos años la demanda de mezcal se incrementó. Pese a que la bebida estaba rezagada, hoy se ingiere mucho más; sin embargo, derivado de ese alto consumo, se están agotando los recursos y las poblaciones de cultivo van en decremento, advirtió.

Indicó que “hay gran investigación sobre este licor, pero en los campos de cosecha no se resuelven las necesidades, porque muchas veces los recursos no llegan a los productores. Espacios como este foro les da oportunidad de intercambiar experiencias e ideas, buscar formas de comercialización y mejorar sus procesos de producción”.

Ismael Teodomiro Santiago, también de la UACh, consideró que un reto es lograr sustentabilidad en la elaboración del destilado. “Esa industria estaba destinada a proveer a un mercado local, pero el gusto por esta bebida alteró a toda esa industria.

Comentó que hay una tasa de extracción mucho mayor al tiempo de recuperación de las especies de agave y ahí se pierde la sostenibilidad de esta agroindustria. “Para producir un litro de mezcal, se requiere entre 10 y 20 kilogramos de maguey, siete y 10 de leña y alrededor de 20 litros de agua, lo que muestra la gran cantidad de recursos que requiere la bebida”.

Para lograr una producción sostenible, dijo, se necesita generar buenas prácticas que no degraden el medio ambiente, en zonas apropiadas y que sea económicamente viable.

Jorge Ángeles Adame, productor de Guerrero, propuso elaborar un mezcal sustentable, fundamento principal para cuidar el agua, suelo, flora y fauna, que permita continuar con la producción de la bebida sin perjudicar los recursos naturales, de cuya actividad dependen entre 450 y 600 productores en la entidad.

Resaltó la necesidad de difundir tecnologías que eviten la quema en zonas forestales para evitar eliminar las plantas de agave nuevas. “Nuestro interés es implementar viveros que permitan recolectar semillas de las especies endémicas para su reproducción y su propagación en los ejidos y terrenos comunales que procesan más de un millón 400 litros anuales”.

Entre las propuestas que han presentado a las dependencias de gobierno y no han tenido respuesta, destacó los proyectos sustentables de la cadena agave-mezcal, porque les preocupa la vulnerabilidad en que se encuentra el sector primario al no acceder a apoyos financieros que garanticen la obtención de beneficios. “Los pequeños productores son los que menos reciben ayuda para elaborar mezcal, ya que en Guerrero falta organización, impulso y promoción”.

El director de la Escuela Campesina de formación de Maestros Mezcaleros Agroecológicos, de Mochitán, Guerrero, Eduardo Sánchez Jiménez, refirió que es indispensable la participación de las comunidades como figuras principales de su desarrollo y conservación de prácticas, para lograr la sustentabilidad.

Debido a que 67 por ciento del ejido está conformado por mujeres mayores de 75 años, que en su mayoría no saben leer, se han impulsado procesos de empoderamiento de este sector, así como la participación de la familia como motor de la cultura del mezcal, agregó.

Expresó la necesidad replantear el marco regulatorio de los impuestos para el sector, pues son muy altos y no hay manera de deducirlos. Dijo que se espera hacer una propuesta fiscal, para acercarse a una estructura más justa.

En el evento, productores, comercializadores y promotoras de diversas entidades de la República, destacaron la importancia de mejorar los procesos, sin modificar los mecanismos tradicionales de elaboración ni perder de vista la salud y el bienestar de los mezcaleros.

Entre los principales problemas del sector que impiden su sustentabilidad, mencionaron la falta de espacios de participación, tala inmoderada y depredación del agave.

Finalmente, se pronunciaron por conservar el patrimonio biocultural del mezcal, que tiene que ver con la cultura y el desarrollo de comunidades, así como con el saber ancestral de nuestras raíces; mantener también viveros y reforestación, a través de un manejo racional para la conservación de las especies.