Por: Redacción

Con un cereal elaborado a base de cáscara de sandía, estudiantes del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Milpa Alta, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), buscan ofrecer una alternativa más saludable que los productos comerciales.

Aunque la cáscara de sandía es considerada un desecho orgánico, los politécnicos le sacaron provecho y decidieron deshidratarla, reducirla a un polvo tipo harina, añadirle cacao, azúcar y agua para elaborar hojuelas con agradable sabor, alto valor nutrimental y una consistencia superior a los cereales populares.

En su investigación encontraron un estudio publicado por el Journal of Chromatography, donde se detalla que este desecho orgánico tiene un compuesto denominado citrulina que contiene propiedades benéficas, entre las que destacan sus efectos antioxidantes.

Los estudiantes politécnicos explicaron que una vez que ha sido ingerida la citrulina, las enzimas del organismo la convierten en arginina, un aminoácido esencial para el buen funcionamiento del corazón y los sistemas circulatorio e inmune.

“El óxido nítrico que produce la arginina aumenta el flujo sanguíneo y la energía en todo el organismo, así como la flexibilidad de todo el cuerpo, por lo que también el consumo de Sandi Flakes se relacionaría con una adecuada función eréctil”, resaltaron los creadores del cereal.

Otra ventaja de ingerir citrulina es que para convertirse en arginina requiere de un gran consumo de amoniaco, por lo que comer el cereal resultará benéfico para pacientes con trastornos metabólicos que producen este gas de manera excesiva.

Los estudiantes Lizbeth Estefanía López Sámano, Mónica Pamela González Camacho y Fernando Embriz Gutiérrez, del cuarto semestre de la Licenciatura en Nutrición, aseguraron que la porción que corresponde a una pulgada cuadrada de cáscara equivale al dos por ciento del consumo diario recomendado de vitamina C y al uno de vitamina B6.

Asesorados por el profesor Carlos Augusto López Bartolo, titular de la asignatura de química y conservación de alimentos, explicaron que el cacao contiene anandamida que es un neurotransmisor que actúa como regulador del humor de manera natural, además de ser antioxidante y digestivo.

Al explicar el proceso de producción, indicaron que una vez recolectadas las cáscaras de sandía las limpian y se quedan sólo con la sección de color verde misma que deshidratan y trituran hasta obtener un polvo fino que mezclan con el cacao y el azúcar. Con la masa resultante forman las hojuelas que son horneadas.

Explicaron que en una porción de 25 gramos el producto aporta tan sólo 34.6 kilocalorías (Kcal), a diferencia de los cereales comerciales que contienen hasta 100 Kcal y que tiene una vida de anaquel de hasta cuatro meses y un valor comercial menor a 10 pesos.

SANDIFLAKES