Por: Redacción/

El transporte urbano de pasajeros se encuentra en el umbral de un cambio epocal de magnitud global, que de ocurrir cabalmente daría paso a un nuevo tipo de movilidad que revolucionaría las tecnologías hasta ahora dominantes en el sector y sus bases energéticas, además de que transformaría las relaciones sociales prevalecientes, los impactos y los vínculos con la ciudad misma, afirmó el doctor Bernardo Navarro Benítez.

En la presentación de su libro El futuro de la movilidad urbana y los vehículos autónomos, indicó que las transformaciones de esa actividad en México radicarán en la capacidad de establecer estrategias públicas eficaces a largo plazo con alianzas nacionales y multinacionales que potencien las condiciones y las ventajas concretas de las grandes metrópolis y de la industria que opera en el país.

Además, el académico de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo que es necesario desarrollar capacidades tecnológicas emergentes con universidades y el sector empresarial, es decir, consensuar un proyecto de nación en el que la transformación de la movilidad sea un componente fundamental por razones estratégicas para mejorar el uso del espacio citadino.

Esto a través de la planeación territorial y urbana, recuperando el medio ambiente y mejorando las condiciones de vida de las mayorías que viven, estudian y trabajan en las grandes urbes.

“La obligación de las universidades públicas es investigar sobre los problemas nacionales cruciales y coadyuvar a la transformación fundada y democrática de la realidad, y el deber ciudadano es tratar, por todos los medios, de hacer efectivo ese cambio positivo en favor de las mayorías”.

El Coordinador del Observatorio de Transporte y Movilidad Metropolitana de la UAM señaló que el horizonte general que se perfila ocurrirá en metrópolis reales, en economías y sociedades específicas, con gobiernos que promuevan intereses y actores particulares para impulsar una transformación positiva de la movilidad urbana, o bien, para mediatizarla, retrasarla y elitizarla.

Esta revolución tendrá un fuerte componente tecnológico, “pero en nuestra opinión, en el corazón de esta transformación, siguiendo las propuestas de Gustavo Garza, se encuentran las relaciones socioeconómicas, lo que se denomina la servicialización generalizada de la movilidad”.

Además habrán de anexarse los componentes asociados a esa movilidad: sus infraestructuras, equipamientos, unidades de transporte y del servicio propiamente dicho que ya se encuentra en proceso.

Por ejemplo, el mantenimiento del circuito interior está en un contrato de servicios a largo plazo; el uso de los trenes en algunas líneas del Metro y en la infraestructura del Metrobús se encuentran en asociación público-privada; las Eco-bicis, los autos y las motos en renta breve; Uber y Cabify; el alumbrado público de las principales vialidades de la ciudad, y el acuerdo para una planta de termovalorización para surtir de energía eléctrica al Metro.

Los países con políticas públicas serias se han propuesto metas concretas: Holanda determinó que para 2025 dejarán de circular autos de gasolina; Gran Bretaña lo va hacer para 2030; Francia, 2040 e India y China, 2040.

El maestro Bernardo Javier Ruiz López expuso que “somos aún dependientes de modelos del siglo XIX y XX, pues nuestras modernas diligencias son el Metrobús, el Metro y el tren ligero, mientras los camiones y los microbuses siguen proliferando inamovibles y devoran como hambrientos leviatanes a millones de cuerpos necesitados de transportación, aniquilando sin delicadeza a sus clientelas”.

El director de Publicaciones y Promoción Editorial de la UAM comentó que el texto del doctor Navarro Benítez “es una gesta estricta, impoluta y provocadora”, y resulta “un trabajo imprescindible para emprender el análisis de las propuestas de movilidad con base en una automatización que elimina incluso al conductor o a la necesidad de posesión de un transporte, ya que la opción de tómese o déjese se perfecciona en distintos proyectos que es posible vislumbrar en esta obra”.

El doctor Salvador Vega y León dijo que como se afirma en el libro la movilidad debe entenderse como un servicio privilegiado mercantilizado para particulares, que se amplía por medios similares como un experimento a gran escala y que allanará el camino de las tecnologías de información y a las automotrices para proveer de servicios de movilidad privada.

El ex rector general de la UAM mencionó que en el servicio público de la Ciudad de México, como el de algunas urbes del interior del país –Metro y Metrobus– está presente la servicialización, desarrollando diversas combinaciones con empresas privadas para la prestación y gestión de la movilidad demandante de las megalópolis.

“La operación masiva y exitosa de los vehículos autónomos necesitará de la implementación y el desarrollo de la conectividad y el internet a gran escala, además de la colección de información de flujos de tránsito y de la cambiante situación del tránsito en tiempo real”.

Sin embargo “la movilidad en el futuro se percibe prácticamente autónoma, sin conductor presencial y dependerá de la aceptación del consumidor y de la capacidad de adaptación a esta circunstancia, ya explorada en otros lugares del mundo, como el Metro de Copenhague y el transporte interno del aeropuerto de Madrid y otras grandes ciudades europeas”.

El licenciado Armando Quintero Martínez expresó que el tema de la movilidad en grandes urbes como la Ciudad de México debe abordarse y discutirse desde las políticas públicas, con un sentido económico y tecnológico moderno, pero sobre todo social.

El ex titular de la Secretaría de Transporte y Vialidad planteó que la lógica de modernización no debe sustentarse en la privatización del servicio, porque el subsidio cumple un objetivo social para quienes tienen menores ingresos.

Una renovación positiva se alcanzará con la integración de un comité autónomo regulador de transporte que cuente con fondos públicos para evitar que la movilidad dependa del interés político, se mantenga el sentido social del mismo y para que las tarifas no dependan del jefe de gobierno y los políticos en turno.

La maestra Olivia Soria Arteche, coordinadora de Planeación, Vinculación y Desarrollo Académico, leyó un texto del doctor Fernando de León González, rector de la Unidad Xochimilco, en el que señaló que el libro establece en forma novedosa que el escenario eventual estará inexorablemente vinculado al tránsito de la revolución industrial.

Descarta caer en la tecnofobia o en el tecno-optimismo, pues el autor se propone utilizar como método el marco conceptual respecto de las condiciones y los servicios generales de la producción de la escuela de economía política urbana. “Ello hace posible un análisis reflexivo y crítico más amplio, ambicioso, productivo y estructural del papel actual y el futuro de los vehículos, según la experiencia de las principales ciudades mexicanas”.

Los doctores Alejandra Moreno Toscano y Gustavo Garza Villarreal calificaron la investigación del doctor Navarro Benítez como un trabajo de actualidad que responde la interrogante de la modalidad y la tecnología para aspirar a una metrópoli en desarrollo que supere los rezagos y que muestra cómo crece la servicialización con una lógica privada.

A la presentación del libro asistieron las maestras María de Jesús Gómez Cruz, directora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño; Gabriela Gay Hernández, jefa del Departamento de Teoría y Análisis, y Catalina Durán McKinster, coordinadora de Extensión Universitaria, así como el licenciado Jesús Padilla Zenteno, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Ciudad de México.