Por: Redacción/

El próximo 1 de julio, México tendrá la gran oportunidad de dar un paso hacia adelante en la historia, un salto cualitativo hacia el porvenir, que le permita pasar de la potencia al acto; que se materialicen las innegables ventajas comparativas y competitivas con las que los mexicanos contamos y hagamos de nuestro país, la nación próspera que puede y merece ser, con el propósito de mejorar la calidad de vida de todos, principalmente de quienes ahora tienen menos.

Ésa es la visión de largo plazo que, oportunamente, nos ha invitado a asumir quien, provocativo e incluyente, propone “llevar a México al lugar de potencia mundial que le corresponde”. José Antonio Meade acierta al plantear que la jornada electoral de mediados de año marcará el presente y, sobre todo, puede ser determinante para el futuro de México.

Mega diverso, nuestro país es el hogar del 10% de las especies de flora y fauna del planeta, y su vasta naturaleza es casi tan amplia como la cultural, que se manifiesta en prácticamente todas las actividades humanas. Nuestra privilegiada ubicación geográfica nos hace presentes en los dos océanos más importantes del mundo y parte de Latinoamérica y América del Norte; su noble clima y el trabajo organizado de muchos han permitido hacer de nuestro país, una potencia agroalimentaria; y su gran población, predominantemente joven, es una riqueza que habremos de aprovechar ahora, para alcanzar mañana, mayor prosperidad.

Sabido es que México forma parte de la zona comercial más grande del mundo y mantiene una estrecha relación con las principales economías globales, plasmada en 12 tratados comerciales con 46 países; contexto en el que cobra relevancia que estamos consolidando un sistema educativo de calidad, de los más grandes del orbe, al que, en los últimos cinco años, se han sumado 1.4 millones de estudiantes. A lo anterior hay que agregar que el país está muy bien conectado con el planeta y, cada vez, en mejores condiciones económicas, pues hemos pasado de 20 a 81 millones el número de mexicanos que posee un celular y casi el 75% de la población cuenta con conectividad de banda ancha a Internet al menor costo de América Latina.

La fórmula no puede fallar, más mexicanos mejor educados, crecientemente bilingües y conectados a Internet a bajo costo, en un contexto de empleo al alza, traerán como consecuencia lógica mayor productividad, competitividad, crecimiento económico y desarrollo social, en un clima de prosperidad con igualdad y justicia con paz.

Como se aprecia, los mexicanos vamos bien y merecemos ir mejor; y éste es el desafío de nuestra generación; de eso se trata la próxima elección: de ganar un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos. Es necesario avanzar y profundizar en los temas que no pocos ciudadanos exigen: una mejor seguridad, que favorezca a los ciudadanos en su relación con las autoridades, dando prioridad a los derechos de los primeros y obligando a las segundas a actuar con mayor eficacia; consolidar un sistema de justicia que se convierta en una auténtica y palpable expresión de respeto a los derechos de los imputados y de defensa de las víctimas; y consolidar una relación virtuosa de transparencia, legalidad y confianza entre sociedad y gobierno, para afianzar la credibilidad entre mandantes, que son los ciudadanos que ordenan, y los mandatarios, quienes debemos obedecer.

Ése es el compromiso que los priistas compartimos con los mexicanos. Con el liderazgo de José Antonio Meade, quienes bajo el manto tricolor deseamos asumir la responsabilidad de ser candidatos, nos comprometemos a escuchar, dialogar e invitar a votar a más electores que nunca y a triunfar, para que México gane.