Por: Redacción

El mundo globalizado favorece los brotes epidémicos, pues varias de sus características ayudan a la transmisión de virus y bacterias, dijo Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS) de la UNAM.

El comercio mundial, la amplia conectividad en transportes y edificios, la pobreza creciente y el cambio climático son fundamentales para que mosquitos que funcionan como vectores hagan llegar hasta nosotros diversas epidemias como la influenza, viruela, dengue, y las recientes zika y chikunguña. El universitario expuso que vivimos brotes cada vez más frecuentes de diversas infecciones, cuya distribución se ha ampliado.

Hizo un repaso histórico desde la lepra hasta la influenza, y mostró cómo pasaron de estar localizadas en sitios lejanos de África, Asia y zonas tropicales de América Latina, para expandirse a los países del norte, tradicionalmente más fríos y más desarrollados, antes menos propensos a la transmisión de virus y bacterias.

Fiebre amarilla

Ponce de León anticipó que la próxima epidemia será por la fiebre amarilla, una enfermedad muy antigua que ha tenido nuevos brotes y cuya presencia se ha expandido con la conectividad mundial y el cambio climático.

Es transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que no ha logrado ser erradicado y que también causa dengue y otras enfermedades.

Mientras en varios países se avanza por el camino de las vacunas para evitar las infecciones, la resistencia de los microorganismos a los antibióticos ha hecho estragos.

“Estamos viviendo la consecuencia de lo que durante generaciones hemos construido”, señaló.

El titular del PUIS se expresó a favor de la creación de un observatorio de virus y bacterias, que permita a los científicos contender con el rápido brote de estas enfermedades infecciosas.