Por: Redacción

La senadora Laura Angélica Rojas Hernández insta al Gobierno Federal a suscribir el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares adoptado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el pasado 7 de julio, y remitirlo para su ratificación, una vez que sea abierto a firmas.

La firma de este primer instrumento jurídicamente vinculante, que prohibe expresamente las armas nucleares y reconoce sus consecuencias catastróficas humanitarias, es de vital importancia por el liderazgo que México ha mostrado en el ámbito multilateral, de ser un Estado comprometido con la proscripción absoluta de las armas nucleares en el mundo, subraya la legisladora.

La también presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Organismos Internacionales evoca que en la adopción de este tratado, cuyo texto fue aprobado por el voto afirmativo de 122 Estados, un voto en contra y una abstención, México participó destacadamente en su proceso preparatorio como un actor clave en el tema del desarme a nivel internacional.

Rojas Hernández enfatiza que desde las primeras detonaciones nucleares en Hiroshima y Nagasaki, “nuestro país adoptó unilateralmente la decisión de nunca desarrollar un arsenal nuclear en su territorio; así ha consagrado durante los últimos setenta años una posición activa y responsable en el tema de desarme y no proliferación de armas.”

Mediante un punto de acuerdo, en el que también propone que la Comisión Permanente se congratule por la adopción del Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares, la legisladora de Acción Nacional resalta el acompañamiento y apoyo que legisladores mexicanos dieron al proceso de negociación y adopción de este instrumento a través de diversos foros parlamentarios como la Unión Interparlamentaria (UIP) y Parlamentarios por la No Proliferación y el Desarme (PNND).

Recuerda que durante la 130 Asamblea de la UIP en 2014 la delegación mexicana contribuyó a la resolución “Hacia un mundo libre de armas nucleares: la contribución de los Parlamentarios”, en la que se subraya el papel de los legisladores en la construcción del marco normativo necesario para el desarme en sus países, se pone en relieve que la existencia de alrededor de 17 mil armas nucleares representan un riesgo para la paz y la seguridad internacionales, y se subraya que cualquier detonación tendría consecuencias humanitarias inimaginables.