Por: Arnulfo Roque Huerta/

Todo parecía indicar que el fantasma esperaba el momento preciso para atacar, había tenido mucha paciencia pero el momento no tardó en llegar pues la chica maravilla se convirtió en hermana mayor lo que provocó que toda la atención se volcara hacia el recién nacido; fue entonces cuando el fantasma aprovechó e hizo lo que durante noches enteras había planeado, ya no era suficiente con acechar, era hora de destruir a la indefensa chica.

Ella jamás lo olvidará, aun hoy después de 11 años de lo ocurrido lo recuerda como si fuera ayer. Se encontraba acostada de lado para poder observar la ventana por donde su fiel amiga la luna le contaba cosas maravillosas de lo que juntas harían en el futuro, de repente como si la luna sospechara lo que estaba por ocurrir y para no mirar se escondió detrás de una nube de tormenta; sin testigo alguno el fantasma arremetió, una mano fría y fuerte tapó la boca de la niña, lo hizo con tanta fuerza que ella sintió que el aire de todo el mundo había desaparecido.

Al tratar de reaccionar pudo ver de frente al fantasma que ahora se encontraba encima de ella aplastándola con ese cuerpo pesado, sin embargo lo peor eran sus ojos los cuales aún en medio de tanta oscuridad podía sentirlos aun cuando en su afán por no verlos cerraba los suyos con fuerza, eran tan penetrantes que le atravesaron el corazón desde antes que el verdadero terror comenzará, hubiese querido gritar pero aquella mano en su boca le estaba robando la voz desde ese momento y durante mucho tiempo.

Si hubiese tenido que explicar que fue lo que ocurrió después, su mente, espíritu y corazón de niña no hubiesen atinado a responder ni cerca lo que tuvo que vivir durante el ataque de aquel fantasma; sin embargo lo recuerda bien, fue algo que parecía no terminar nunca y el dolor, ese insoportable dolor se apoderó de ella, era como si un hierro extremadamente caliente atravesara su cuerpo una y otra vez, cada vez más fuerte, cada vez con más violencia, cada vez con más dolor; ella buscaba en la ventana a la luna pero solo pudo observar las gotas de lluvia que caían en el cristal y se deslizaban como las lágrimas lo hacían por su rostro.

Los truenos en el cielo eran terribles ella sabía que el cielo estaba muy molesto con aquel fantasma por estarle ocasionando tanto daño. La luna seguía oculta, indignada, pero sobre todo temerosa; el viento soplaba con fuerza intentando derribar la ventana, pero siempre retrocedía al escuchar los terribles sonidos que salían del interior del fantasma, esos sonidos que la perseguirían después de mucho tiempo en sus pesadillas, esos sonidos indescriptibles, inexplicables pero terribles, brutales y que le llenaron la vida de muerte.

Después de lo que ella sintió que fueron horas y horas, el fantasma por fin emitió una voz, fue lo más terrible de la noche pues aparte de que la voz por sí misma helaría la sangre de cualquiera lo que le dijo terminó destrozándola por completo: “Si dices algo, esto mismo lo sufrirá tu hermanito”… la voz fue muy clara y ella no quería que su amado hermano pasará por algo así; ni él ni nadie, por lo que sin decir absolutamente nada solo se limitó a mover la cabeza asintiendo como un muñequito de felpa.
Cuando el fantasma se fue ella continuó llorando pues el dolor no cedía y más que dolor el miedo, más que el miedo aquella extraña sensación que había acabado con todo signo de felicidad que cualquier persona pudiera tener. Nunca se explicará de dónde venían tantas lágrimas, hasta llegó a creer que en esa misma noche se le habían terminado todas las que tenía para gastar durante su vida entera.

Así mismo el cielo no dejó de gritar, la luna ya no apareció durante toda esa noche y la lluvia continuó aun entrada la mañana. Nadie se explicaba qué había sucedido pero la fuerza de la tormenta provocó el desbordamiento del Río de los remedios, el cual es un canal de aguas negras; tanta fue la furia que las aguas negras recorrieron las calles de su colonia y de otras aledañas, las casa amanecieron inundadas llenas de suciedad, llenas de desechos, llenas de porquería…

Nadie supo explicar que fue lo que sucedió, pues todo ocurrió mientras la gente dormía, nadie entendía lo que estaba pasando, muchas personas lloraban por haber perdido sus pertenencias en aquella inundación, tal vez por eso las lágrimas de la chica maravilla se confundieron con tanta facilidad, pero ella sabe que no le llora a lo perdido en las aguas negras, ni a su muñeca que flota boca abajo.

¡No! No le llora a eso y aunque nadie sabe qué fue lo que provocó esta catástrofe ella sí lo sabe, sabe que el cielo enfureció por lo que un brutal fantasma le hizo la noche anterior. Claro está que no lo contará nunca pues protegerá a su hermanito con su silencio y sufrirá a solas el espanto de aquella noche.

Continuará…