Redacción

Definir la vida artificial es hablar de tecnología viva, de la construcción de sistemas que puedan aprender de sí mismos, porque la mejor manera de entender un fenómeno es crearlo, aseguró Carlos Gershenson García, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM.

“La vida artificial comienza a ser aplicada a la tecnología, pues es factible comprender no sólo a los sistemas vivos, sino a otros artificiales, con propiedades de los primeros. Por ejemplo, es conveniente construir ciudades más apegadas a un esquema como sistemas vivos que como máquinas, pues necesitan adaptarse constantemente a su entorno dinámico”, explicó.

En conferencia de prensa, en el auditorio del IIMAS, el universitario precisó que los estudios referentes en México se remontan a 30 años atrás, y es momento de que tengan impacto en nuestra cotidianidad, por lo que mencionó los avances de un par de investigaciones referentes a la movilidad y la regulación para el transporte público de la Ciudad de México.

Semáforos

Los semáforos auto-organizantes, que cuentan con réplicas en urbes como Bruselas, en Bélgica, y Nueva York, en EU, constituyen un sistema para agilizar el tráfico en zonas densamente pobladas. Este desarrollo, que se hizo público en el primer semestre del 2014, se basa en el uso de semáforos capaces de “decidir” si marcan el alto o el siga en un crucero, según el flujo de vehículos en un área determinada.

La creación del doctor en Ciencias de la Computación, en colaboración con Darío Zubillaga y Jorge Zapotécatl, del posgrado en Ciencias e Ingeniería en Computación, propone soluciones que consideran las condiciones locales de una calle o un crucero, entre ellas el número de autos y su velocidad.

Con más de una década de avanzar en diferentes etapas, Gershenson inició una primera versión como proyecto de su doctorado en Bruselas, luego lo continuó en un posdoctorado en Boston, y más tarde lo mejoró en el IIMAS, donde es investigador desde 2008.

El sistema se basa en un algoritmo de seis reglas y simulaciones por computadora. “Ahora falta probarlo en un proyecto piloto, que no hemos logrado por cuestiones burocráticas y políticas”, refirió.

“Se economizaría combustible, lo equivalente a 10 líneas del Metrobús. Sin embargo, el problema de movilidad es muy complejo, requiere de soluciones variadas porque son muchas las causas, y porque si se le sigue dando prioridad a los autos, podría ser contraproducente”, resaltó.

Metro

El otro proyecto se basa en la comunicación de las hormigas, el cual fue hecho público por la UNAM a finales de 2011. El objetivo es agilizar el servicio del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, al establecer el tiempo máximo de espera en las estaciones, controlar el flujo de usuarios a los andenes y el espaciamiento de los trenes.

Se pretende que las pantallas de las estaciones indiquen el tiempo transcurrido desde la partida del último tren y el tiempo de espera para el siguiente.

Para apresurar el ascenso y descenso de pasajeros se propone que algunas puertas del vagón sean usadas para bajar y otras para subir, así como crear regiones de espera para evitar roces y choques entre los usuarios que entran y salen.

“Hemos tenido inconvenientes con el piloto debido al presupuesto, pero estamos listos para ponerlo en práctica y tenemos ya un acuerdo con autoridades del STC para llevar a cabo un ensayo en la estación Pino Suárez”, informó Gershenson García.

Ya se hicieron simulaciones en la Línea 1, que va de las estaciones Pantitlán a Observatorio, y algunos resultados preliminares arrojaron que se ahorran dos minutos de viaje por pasajero, que multiplicados por cinco millones de usuarios, suman 10 millones de minutos al día (166 horas), tan solo en ese tramo.

Conferencia de Vida Artificial, en julio

Finalmente, el universitario anunció que la International Society for Artificial Life celebrará, del 4 al 8 de julio, la edición 2016 de la Conferencia Internacional en Vida Artificial ALIFE, que por primera vez se llevará a cabo en Latinoamérica. Se realizará en Cancún, Quintana Roo, y es coorganizada por el IIMAS y la Coordinación de la Investigación Científica de esta casa de estudios.

El fin del encuentro es reunir a investigadores, ingenieros y científicos que trabajen con sistemas vivos construidos de manera artificial, tanto a nivel matemático y computacional, como robótico o bioquímico.