Por: Redacción/

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contrario a lo esperado, en su primer año de gobierno no ha suavizado sus posturas de campaña electoral con la intención de marcar una diferencia contundente respecto de su antecesor Barack Obama, opinó la doctora Laura del Alizal Arriaga, profesora-investigadora de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En entrevista, la especialista en política exterior señaló que el mandatario estadounidense refuerza su postura, mostrada previo a su designación, al fortalecer sus vínculos con grupos extremistas y consideró que el congreso es el único capaz de matizar sus acciones y decisiones en lo social, tanto en materia de salud como en migración.

“Hasta el momento ese órgano legislativo no ha sido un actor que ejerza presión alguna en el Presidente y, por el contrario, quienes habían estado en oposición a su gobierno, están siendo menos firmes en cuanto a las decisiones que ha tomado, es decir, lo están dejando avanzar en algunas de sus iniciativas”.

A pesar de los altos grados de polarización tanto de los diputados y senadores como de la misma sociedad estadounidense, Trump ha obtenido apoyo en la implementación de algunas de sus propuestas, destacó la académica del Departamento de Sociología.

Por ejemplo, en el terreno económico uno de sus logros es la aprobación en la reducción de impuestos, “es un hecho que no se había presentado desde la administración de Ronald Reagan en la década de los ochenta del siglo pasado, por lo que ha sido una acción bastante soportada por los empresarios”.

El Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) se ha mantenido como un tema pendiente y lo que “sabemos es que está dispuesto a terminar con ese acuerdo, por lo que existe preocupación al percibirse como una posibilidad cada vez más real”.

Del Alizal Arriaga apuntó que se ha acentuado el deterioro de las relaciones bilaterales con México desde que Trump tomó el poder, lo cual “es evidente y nos hace pensar que estamos viendo el regreso de políticas al estilo de las que implementó Reagan y la relación que tuvo con Miguel de la Madrid durante todo el sexenio”.

La especialista recordó que fue una época “repleta de conflictos, con la única diferencia de que en esta ocasión son los asuntos comerciales el tópico central de la discusión, lo cual resulta paradójico ya que se trató de una acción promovida por el propio Reagan. Luego, George W. Bush buscó dar continuidad al propio TLCAN e inauguró una nueva fase de diálogo abierto con nuestro país”, refirió.

Acerca de la confrontación y el manejo de un discurso agresivo que sostiene contra Corea del Norte, la coordinadora del Posgrado en Estudios Sociales de la UAM precisó que la serie de amenazas emitida contra ese país, en realidad forma parte de una estrategia de la Casa Blanca para recuperar el papel protagónico como potencia nuclear.

“Por fortuna, Corea del Sur ha logrado relajar las tensiones en esa región, pero se está retornando al ambiente vivido a partir de los ataques terroristas de 2001 a las Torres Gemelas, la cual fue una visión que prevaleció en el tiempo que duró La Guerra Fría, con enemigos identificados, entre ellos China, a la cual consideran una amenaza política y militar”.

El conjunto de todas esas acciones responde a su búsqueda por hacer crecer la grandeza estadounidense en lo militar y un amplio esfuerzo por establecer un nuevo equilibrio de poder ante Rusia y China, dos de las naciones que realmente representan un desafío para Estados Unidos.