Por: Redacción

“Con gran pésame y mayor indignación, condenamos enérgicamente el asesinato acontecido durante el fin de semana pasado del activista y luchador social Isidro Baldenegro López, ganador del Premio Goldman para Norteamérica 2005 por la defensa del medio ambiente”, dijo el diputado del GPPRD, Fernando Rubio Quiroz.

El secretario de la Comisión de Medio Ambiente subrayó que el asesinato del activista reafirma que luchar por un entorno saludable y un medio ambiente prospero en nuestro país, en vez de ser una virtud, es un obstáculo para los criminales que -bajo el cobijo de la impunidad en el sistema de justicia del país- ejercen su dominio en comunidades indígenas que culturalmente y tradicionalmente, tienen gran respeto por la naturaleza y luchan por su preservación y bienestar.

Hizo un llamado a terminar con la criminalización del activismo medio ambiental y afirmó que “es tiempo de tomar acción y proteger el derecho humano a disfrutar de un medio ambiente sano e íntegro en beneficio de la sociedad que con su vida, protegió Isidro. La política ambiental del país no sólo debe abarcar la protección, sano aprovechamiento y el desarrollo de políticas sustentables en equilibro con el entorno; sino el reconocimiento y protección de los activistas medio ambientales y a las comunidades indígenas que milenariamente, han sido protectores natos de la Madre Tierra y de sus recursos como un tesoro sagrado y latente que hasta hoy, les genera el mayor respeto, admiración y amor”.

Cabe señalar que desde la Coordinación de Desarrollo Sustentable del GPPRD, encabezada por Rubio Quiroz, se impulsó y logró que la Cámara de Diputados estableciera el 17 de julio como el Día Nacional del Defensor Ambiental.

El legislador del GPPRD exigió justicia para Isidro y el cese a la criminalización del activismo a favor de la naturaleza; además, urgió que se realice la captura y consignación de los responsables del asesinato del activista, así como la investigación profunda de su asesinato y la depredación forestal que se ha denunciado en la Sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua.

“Defender nuestro entorno, la naturaleza, es defender nuestra propia vida y por ello, debemos actuar en consecuencia para que la política medio ambiental del país se transforme en beneficio de los mexicanos y de nuestra biodiversidad”, argumentó.