• La escritora Susana Bautista dijo que de las 68 lenguas que se hablan en el país, 53 están presentes en la CDMX, siendo el náhuatl, el mixteco, el otomí, el mazateco y el zapoteco las que tienen mayor presencia.

Por: Redacción/

La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) ha redoblado esfuerzos para refrendar la apertura y el reconocimiento de las culturas originarias de México e integrar sus expresiones, afirmó la escritora Susana Bautista Cruz.

Al participar en el conversatorio Reconocer la Fuente. Muestra de literatura en lenguas indígenas –realizado en la Casa de la Primera Imprenta de América– explicó que la Ciudad de México es un espacio de cruce de los diferentes pueblos que se asentaron en la metrópoli.

La investigadora y promotora de origen mazahua refirió que de las 68 lenguas que se hablan en el país, 53 están presentes en la urbe, siendo el náhuatl, el mixteco, el otomí, el mazateco y el zapoteco las que tienen mayor presencia.

La docente compartió que ha encontrado en la poesía indígena figuras poderosas y elementos únicos que deben difundirse y darse a conocer para que en este país no sólo se escriba en español, sino también en lenguas originarias.

Margarita León refirió que su llegada a las letras y su trayectoria literaria se debió a un conflicto identitario que la llevó a buscar quién era, cuáles eran sus orígenes y asistir al encuentro con las voces que la habitaban.

La escritora hñähñu compartió con los asistentes parte de su obra y leyó el poema Otomí: Ya noya ähä ngati ri jähe hot’se, hñä ge ra huätsi y’uga hñä ge ra nañu hñä ge ya thuhu noya ko ya nsihni hñä, hñä, noya, noya hñä ge da foke ha ri gu, ra nzaki un bi thogi zantho.

En este fragmento evoca: Palabras dormidas bajo tu lengua fecunda, lengua de glotal, de aliento, de tonos, lengua que rebota en los oídos, gracia del pasado duradero. Lengua, lengua, idioma, idioma.

La autora del libro Palabra que Ilumina pertenece a la cultura otomí del Valle del Mezquital de Hidalgo, ha participado en diferentes recitales en México y el extranjero e imparte el taller de creación poética originaria en lengua hñähñu, tepehua y náhuatl en comunidades de su estado.

Celerina Sánchez Santiago compartió el poema Morir: kue ye’é tachi kini ndakuná, rìì kitsaá tu’un to’ó, tsain kuii nuú ñu’ún ii, skuina kuii yivi nivi, ñu’un dùtsaà sachuín, kue ñaa kuika tsínó mancha nchií ndíà, ndataà kuii yuú, chan’chi kue yùtú, tsúní kue ichí, sa’á kuii kue ichí ka’nu ndatí ñu’un tsi polvora, kue tsitsi kumani takua naá ndavaa tsika, iká nuú ve’e´yàà ve’é ndií, nana ñu’un tsíà kueni kueni.

La escritora tu’un ñuu savi también leyó su traducción al español: La puerta del infierno se abre, empieza la palabra del extraño, pisan la tierra sagrada, roban la vida, la tierra trabaja a marchas forzadas, la codicia es incalculable, rompen piedras, cortan árboles, abren brechas, hacen caminos a punta de pólvora, alas se necesitan para ir más lejos, allá por el lugar de los muertos, la madre tierra agoniza.

Sánchez Santiago es promotora cultural originaria de Mesón de Guadalupe, Municipio de San Juan Mixtepec en Juxtlahuaca, Oaxaca. Además de haber colaborado en numerosas actividades poéticas en México y en el extranjero es activista por los derechos humanos de los pueblos originarios e imparte clases de Literatura indígena dentro del programa México, una nación pluricultural.

En el conversatorio también estuvieron presentes Martín Rodríguez Arellano, poeta ayuuk y abogado originario de Puxmetacán Mixe, Oaxaca, y Alfredo Santiago Gómez, poeta totonaco originario de la comunidad de Stakgatiyat, en el municipio de Huehuetla, Puebla.

El objetivo de este conversatorio fue valorizar las lenguas y la preservación de las culturas de los pueblos originarios, a través de su producción literaria y expresiones artísticas contemporáneas.