Por: Redacción/

El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP), de la Cámara de Diputados, reconoció que la prevención de los trastornos mentales mantiene un bajo perfil en el panorama epidemiológico del país, lo que hace necesario instrumentar programas y políticas para su atención.

Resaltó que el capítulo VII de la Ley General de Salud está dedicado a la salud mental, integrando siete artículos, de los cuales, sin menoscabo de los demás, en el 72 y 73 se define que, en materia de salud, ésta tiene carácter prioritario y la redacción de ambos artículos sostiene un enfoque preventivo de las enfermedades de este tipo.

En el documento “La lógica de lo ilógico: el suicido y la depresión inadvertida en México”, el CESOP señaló que a la zaga de violencia que se vive en México, se suman diversos trastornos mentales, no necesariamente físicos, y se hacen visibles en el perfil epidemiológico del país.

Señaló que la prevención integral juega un papel destacado en la violencia autoinfligida que en muchos casos lleva a la muerte, lo que implica informar y educar para solicitar y brindar atención.

La atención en salud, detección a tiempo de cualquier padecimiento, su diagnóstico, tratamiento y rehabilitación del paciente, son condición única que debería incluir cualquier modelo bajo el cual se organizan las instituciones.

La depresión y el suicidio aparecen como un tabú, no sólo en la vida cotidiana sino también en el ámbito clínico. En general, las personas que sufren de depresión (y de otros trastornos mentales) deciden no hablar de ello.

El CESOP añadió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que a escala global, 450 millones de personas padecen trastornos mentales y de conducta; una de cada cuatro desarrollará uno o más de estos trastornos en su vida y muchos son incapacitantes para la vida y el trabajo.

Cinco de cada 10 de las causas principales de discapacidad y muerte prematura a nivel mundial se deben a condiciones psiquiátricas. Los trastornos mentales socialmente representan una carga psicológica, social y económica, y aumentan el riesgo de las enfermedades físicas.

En tanto, la Secretaría de Salud afirma que la enfermedad mental participa con 13 por ciento de la carga global del padecimiento a nivel mundial, y constituye una de las tres primeras causas de mortalidad de personas entre 15-35 años, pues algunos trastornos mentales conducen al suicidio.

En México, los suicidios, de acuerdo a su volumen, se ubican entre las primeras 20 causas de muerte. En el 2000, del total de causas de muerte registradas, aquéllos se ubicaron en la posición 17; en 2005 variaron a la 16, y en 2010 y 2015 pasaron a la posición 15 y a la 14, respectivamente.

La salud mental en México forma parte de los preceptos iniciales de la Ley General de Salud y del conjunto global de políticas y programas públicos anclados a la planeación del desarrollo nacional. En concordancia con la OMS, la Ley define también a la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no la limita a la ausencia de afecciones o enfermedades.