Por: Melissa Medina/

Hace 30 años el 9 de noviembre de 1989, ocurrió un hecho histórico, la caída del Muro de Berlín, que simbolizaba la división del mundo en el bloque capitalista y el comunista, además representaba la ignominia de una nación.

Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética, decidieron repartirse la nación alemana como botín de guerra, en el pacto que surgió de la Conferencia de Yalta en 1945 por Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt e Iósif Stallin, en el que acordaron la división de Berlín -capital alemana- en cuatro sectores.

Sin embargo, las relaciones entre el capitalismo de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido y el comunismo de la URSS, eran modelos económicos contrarios, por lo que tuvieron un choque ideológico que desencadenó en la división de Europa occidental y oriental.

Estados Unidos y sus aliados que se encontraban en la parte occidental, se unieron para formar la República Federal de Alemania (RFA), y del otro lado la Unión Soviética creó la República Democrática Alemana(RDA), dando como resultado una fragmentación, que el ministro británico Winston Churchill le dio el nombre de “Cortina de Hierro”.

Esto fue el comienzo de lo que se le conoce como la Guerra Fría, que trajo un enfrentamiento tanto ideológico, político, social, económico, cultural, científico y hasta militar. Así en Berlín occidental existía la libertad mientras que Berlín oriental se encontraba bajo un régimen con políticas y reglas estrictas.
Las condiciones de vida en los dos sectores eran completamente diferentes, para 1961 casi 3 millones de personas habían decidido cruzar la frontera hacia la RFA, ya que decían que el porvenir era mejor. Sin embargo, esta migración resultó un problema para la RDA, pues los estaba llevando a un colapso social y económico.

Debido a ello, el bloque comunista decidió franquear los límites de RDA, con la construcción de un muro de casi cinco metros de altura, con alambre de púas y electrificado, que abarcaba aproximadamente 155 kilómetros de largo. En el lugar colocaron torres, vigiladas por militares con ametralladoras y armas de alto calibre, además en las cercanías pusieron minas y crearon una fosa que conformaba la “franja de la muerte”, ya que se buscaba a toda costa evitar que las personas pasaran de un lado a otro.

Así el 13 de agosto de 1961, se levantó el famoso “Muro de Berlín”, que simbolizaba la polarización de los dos modelos, y separaba a los alemanes de sus familiares y amigos que vivían en los terrenos conquistados. Durante casi tres décadas, alrededor de 5000 intentaron cruzar el muro, más de 3000 fueron arrestadas, y aproximadamente 100 más, murieron.

El gobierno comunista, poco a poco se iba debilitando. La Unión Soviética pasaba por una profunda crisis económica debido a la carrera armamentista en contra la potencia estadounidense, por lo que ya no pudo sostener por mucho tiempo los ingresos que destinaba a los países que formaban parte del régimen soviético.

Esto aumento el descontento de la sociedad alemana oriental, sumado a ello, la apertura de las fronteras de Austria y Hungría en mayo de 1989, inspiró a que se realizaran manifestaciones en contra del régimen soviético, a lo que Mijail Gorbachov, secretario general del Partido Comunista, decidió implementar políticas encaminadas a concluir con la represión estalinista, otorgando una nueva esperanza para la RDA.

La noche entre el 9 y el 10 de noviembre de 1989, ciudadanos de Berlín, comenzaron a derribar el muro con sus propias manos, destruyendo por completo esa pared que los separó por muchos años.

Los rostros de miles de alemanes que ansiaban ver después de mucho tiempo a sus seres queridos, jóvenes que conocerían por primera vez la otra parte de Berlín y multitudes buscando la libertad, se dieron cita para vivir el momento histórico que rompería con el mundo bipolar en el que se estaba viviendo.

Con este hecho, las Alemanias occidental y oriental se unificaron para formar a la Alemania que conocemos, y que se convirtió en uno de los motores de la economía europea.

La caída del muro de Berlín, marco la ruptura de las dos ideologías antagónicas, que ocasionaron una fractura en la historia y contribuyó al desplome del modelo soviético, provocando que en 1991 la URRS se desintegrara bajo la Perestroika implementada por Mijail Gorbachov.