Por: Melisa Carrillo Rojas

Juan Gabriel cumpliría 67 años el día de hoy, si aún estuviera con nosotros.

De un tiempo para acá la figura del cantautor mexicano se ha mantenido en los escaparates y pantallas de todo el país. A partir de la transmisión de la exitosa serie “Hasta que te conocí”, miles de mexicanos se adentraron en la vida del personaje y rememoraron sus canciones más famosas.

Al día de hoy, siguen apareciendo personas que dicen ser sus hijos, sus amigos o sus amantes, con la intención de llevarse un pedazo del pastel, o empaparse con el  aura de fama que lo rodea.

Y es que ya no hay pero que valga, los comentarios elitistas y discriminatorios están fuera de lugar, uno puede ser todo lo homofóbico que quiera, o tener los gustos musicales más “exquisitos”, pero debe admitir para su fuero interno, que una figura como Alberto Aguilera Valadez, es muy difícil que vuelva a nacer el suelo mexicano.

Ya sea porque a nuestra abuela, tía, mamá o amiga, le encantaban las canciones de Juan Gabriel, o porque era inevitable escucharlas en las fiestas o el transporte público, todos conocemos aunque sea uno de sus éxitos, y más de una vez nos hemos sentido reflejados en sus letras.

La figura de Juan Gabriel es y será siendo grande por esas razones. Con su voz cantaba y expresaba los sentimientos más importantes para el mexicano, y de una forma tan clara, que su mensaje pasaba del oído al corazón en cuestión de segundos.

Más allá de su forma de bailar y vestirse, Alberto expresaba el amor que tenía a su trabajo y lo feliz que se sentía con la persona que era. Pese a quién le pese, el era bueno en lo que hacía, y su público lo amaba. Y no sólo eso, el sentimiento de gratitud y felicidad que tenía hacia la vida se transmitía a la gente que lo escuchaba y admiraba.

Juan Gabriel dejó este mundo en un momento en el que su nombre y su música volvían a escucharse con fuerza en el país, por lo que su fallecimiento  representó una sorpresa y una pérdida considerable para todos los que apreciaron su trabajo.

Sin lugar a dudas, el país tenía que resentir la pérdida de un personaje de su calibre, y es natural la respuesta que han tenido los medios de comunicación, al aprovecharse de su nombre y fama.

Independientemente de la imagen que se intente vender del cantante, el grueso de la población lo seguirá recordando por las canciones entrañables que creó, y por los momentos en los que sus canciones ambientaron perfectamente momentos relevantes en nuestras vidas.

A pesar del vacío que dejó a su partida, y de la imposibilidad de asistir a una de sus presentaciones, el sentimiento que se ha transmitido de generación en generación a través de sus canciones prevalecerá.