Por: José Manuel Mota Fernández/

En medio de una crisis arbitral muy grande, con poca credibilidad para las comisiones de la Federación Mexicana de Futbol, se dio otro episodio que confirma los problemas en la Liga MX. Se trata de la sanción que impuso la Comisión Disciplinaria a Miguel Herrera, luego de insultar con señas a la afición de Monterrey.

Primero hay que recordar el acto. Al terminar el partido correspondiente a la jornada 15 del Apertura 2017, el entrenador de las Águilas, camino a su vestidor, cayó ante las provocaciones de la afición rayada y les contestó con la ‘Piojoseñal’, como fue bautizada por los medios de comunicación, y se trata de levantar el dedo medio a los hinchas de la ‘Pandilla’.

Si bien el Reglamento de Sanciones publicado el 30 de mayo de este año dice que se puede castigar con partidos, además de una sanción económica. Pero la realidad en este caso fue completamente diferente. Gracias a que el incidente no estaba registrado en la cédula arbitral, la dependencia de la FMF decidió multarlo con 200 UMA’s, aproximadamente 151 mil pesos.

En el documento que emitió la Femexfut al respecto, al final del comunicado se lee: “Este organismo desea acotar que dicha determinación se tomó con base en antecedentes de otros casos similares, en los cuales tampoco se reportó este tipo de incidentes, por el Cuerpo Arbitral o por el Comisario del Partido”.

Volvamos ahora al Reglamento de Sanciones de la Federación Mexicana de Futbol. Este conglomerado indica que “Faltar al respeto o insultar a las Autoridades de la FMF o a los Directivos de los Clubes Afiliados o al Público Asistente”, se castiga con lo siguiente: de uno a nueve partidos de suspensión y una multa que va de 60 a mil 500 UMA’s.

Pero el castigo, que se mencionó anteriormente, fue muy diferente. Pero, ¿por qué se dice que hay incoherencias en la Comisión Disciplinaria?, remontémonos al 20 de febrero del 2016, a la jornada siete del Clausura de ese año. En el minuto 90+1, los celestes empataron a tres goles el marcador y Tomás Boy, que era entrenador de los cementeros, festejó de manera exagerada en contra de la afición americanista y de la banca del cuadro rival.

Si bien José Alfredo Peñaloza, central del duelo, lo echó del terreno de juego, el castigo llegó después. La expulsión del técnico se dio por “festejar los goles o triunfos con actitudes groseras como ademanes o burlas, o francamente antideportivas”, de acuerdo con la cédula arbitral de ese partido.

Un día después, el organismo de sanciones tomó el caso de Boy y, de oficio, comenzó una investigación por sus festejos en contra de la grada rival. Al final, el entrenador fue suspendido un partido por el festejo y otro por faltarle al respeto al público asistente, además de su respectiva multa.

Otra pregunta sería por qué el ‘Piojo’ no recibió un castigo similar tras insultar a los aficionados. Esto se puede explicar con el caso de Francisco Jémez, entrenador de Cruz Azul, que se dio el pasado 14 de octubre, cuando le hizo una “peineta” a un aficionado que supuestamente se metió con sus hijas y como se dio al final del encuentro, el incidente no quedó asentado en el acta.

Tres días después, tras la investigación de la Comisión Disciplinaria, se determinó que el castigo sería de dos mil UMA’s, mismo caso que con Herrera Aguirre. En esta ocasión, la Federación Mexicana de Futbol, se escudó con decir, prácticamente, que fue en defensa propia y que la respuesta violó únicamente al Código de Ética, cuando el artículo 31, inciso F) del Reglamento de Sanciones, también fue violado.

Pero la cosa no se termina ahí, ya que casi un mes después, Jonathan Rodríguez y Osvaldo Martínez fueron acusados de lo mismo. Todo comenzó con un video de Marca Claro, donde se ve a Rodríguez haciendo la “Piojoseñal” a los aficionados de Cruz Azul, mientras que Martínez, ex del América, volteó a ver a la afición y comenzó a reír.

Para no hacer el cuento tan largo. La cosa empezó como siempre: La Comisión Disciplinaria abrió una investigación de oficio, recaudó las evidencias, analizó y emitió un veredicto. Ya que las evidencias no eran suficientes para incriminar a ‘Osvaldito’, Rodríguez recibió el castigo de 150 mil pesos y no jugó el siguiente partido por la expulsión que recibió en el partido contra los antes llamados “amigos del gol”.

Y, ¿qué se puede decir de todo esto?, nada más que la Disciplinaria se está encargando de quedar bien con las dos partes. Quiere trabajar de la mano con la FMF y con los jugadores, quienes probablemente pierdan más con uno o dos partidos de suspensión que con una multa de 150 mil pesos.

Hay que recordar que la Comisión Disciplinaria fue la máxima responsable (después de los jugadores que agredieron a los árbitros), que ocasionó el parón arbitral de la jornada 10 del pasado Clausura 2017. El problema se dio porque suspendieron 10 partidos a Pablo Aguilar y ocho a Enrique Triverio, cuando a ambos les correspondía un año de sanción desde un principio, aunque después haya sido suspendido por culpa de las cédulas de los árbitros que no registraron la “agresión”.

Por lo pronto, no hay que sorprendemos si este tipo de situaciones continúa y menos si no llegan sanciones ejemplares para los jugadores que insulten a un aficionado. Ahora, luego del gran incidente del torneo pasado, la Liga MX y la Femexfut con todas sus dependencias trabajan al parejo y con un mismo fin, que es llevar un buen espectáculo a los estadios y la televisión sin importar cuántas reglas se tengan que romper para llegar a ello.