Por: Erik Pérez/

En 1986, México recibía por segunda vez una Copa del Mundo, 24 equipos llegaron al país en busca del  trofeo de mayor categoría en el futbol de selecciones. Solo 16 combinados pudieron pasar a la ronda final, entre ellos Francia y Bélgica,  dos de los semifinalistas en esta edición de Rusia 2018, ambos disputaron el partido por el tercer lugar.

Francia venía de perder con Alemania Occidental, representada por su capitán Rummenigge y la calidad en medio campo del multimundialista Lothar Matthaeus. Fue la misma Alemania que eliminó a México en sus últimos cuartos de final. Mientras tanto Bélgica fue eliminada por el próximo a convertirse en campeón, la Argentina de Maradona.

El partido pintaba para ser un complemento de la gran final, solo una batalla para determinar al mejor perdedor de la fase final. Sin embargo, ninguno de los dos equipos cedió la oportunidad de alzarse con la medalla de bronce y este esfuerzo quedó reflejado en la cancha del Estadio Cuauhtémoc de Puebla.

El encuentro comenzó vibrante con toques rápidos de los Diablos Rojos,  quienes paradójicamente vestían de blanco. Una triangulación en el primer cuarto de cancha rival abrió las puertas a un autopase de parte externa de Jan Ceulemans. El delantero pasó la línea defensiva y después convirtió el gol al picar por encima del portero francés Albert Rust.

La respuesta de los galos fue mediante un robo de balón en la media cancha. El esférico quedo en los pies del camiseta número 16, Bruno Bellone. El entonces jugador del Mónaco, controló la jugada hasta el filo del área donde recibió presión de un defensa al cual eliminó con un recorte al centro del área. Ahí filtró para Philippe Vercruysse quien intentó dar un giro pero no pudo y dejó para el anotador del empate Jean-Marc Ferreri.

A continuación Les Bleus continuaron su racha fortuita para ponerse adelante en el marcador. Aprovechando su velocidad y contragolpeo, el equipo azul creó una jugada bajó el mando del orquestador Bruno Bellone. Al llegar al área repitió la dosis del primer gol, pero esta vez se apoyó en Bernard Genghini. Este a su vez extendió para Jean-Pierre Papin quien entró solo al área y doblegó al arquero Jean-Marie Pfaff.

Cuando todo parecía perdido para los belgas, con las semifinales con derrota y un partido con el marcador adverso, una genialidad abrió las nubes de su tormenta. Un pase largo desde el círculo central dejó al anotador del primer tanto Ceulemans solo por la derecha. Este centró y tras un rehilete de su compañero,  Nico Claesen aprovechó y mandó el balón al fondo de la red, con lo que mandó a tiempos extra el partido.

Ya en esta instancia Francia dominó por completo y desapareció a los belgas que no pudieron con 30 minutos de juego más. Primero Genghini convirtió su primer y único gol en el partido al minuto 104. Posteriormente, Manuel Amoros convirtió el penal cobrado contra Francia al minuto 111. De esta manera los azules se llevaron la presea de bronce.

Este fue el último antecendente registrado en mundiales de futbol entre las selecciones europeas que buscarán un lugar en la gran final de Rusia 2018, a disputarse en el Estadio Olímpico de Luzhniki el próximo domingo.