Por: Iudex

Marco Antonio Ortíz Nava y Jorge Antonio Pérez Durán regalaron dos victorias en esta jornada 11 del futbol mexicano, las cuales beneficiaron al Club América y a Monarcas, Morelia. Uno de ellos le regaló un gol a un equipo, mientras que el otro invalidó un gol legítimo a la escuadra que minutos más adelante se iría abajo en el marcador.

Primero, Marco Antonio ‘Gato’ Ortíz, fue el culpable de la derrota de los felinos en Ciudad Universitaria y es que en el segundo gol no señaló una falta de Oribe Peralta, mismo que terminaría consiguiendo la anotación. Es increíble que el central, que estaba a menos de dos metros de la jugada, no haya visto el jalón sobre Gerardo Alcoba y más adelanta validara la anotación.

No conforme con eso y según Abraham González, mediocampista de los Pumas, el central aceptó el error en la segunda conquista del cuadro americanista. Demasiado tarde, señor ‘Gato’, el daño ya está hecho, los auriazules perdieron el invicto en casa por no querer marcar una falta que desde su punto de vista no iba a trascender.

Pero los errores no solo se dan en los partidos de alto calibre, si no que en aquellos que se enfrentan los que tienen problemas en la tabla porcentual el resultado es el mismo, un error de Jorge Pérez Durán le dio de mala manera los tres puntos a Morelia, que se aleja cada vez más del fondo de la tabla porcentual para dejar a Veracruz en su lugar.

En la jugada del gol, Carlos Felipe Rodríguez, portero de la ‘Monarquía’ choca notablemente con Loeschbor, defensa del mismo equipo y después hace contacto con el jugador de la franja, que es cuando suelta el balón y el atacante del conjunto camotero lo manda al fondo de la red. La falta que señaló el central fue el choque entre los jugadores del mismo equipo.

El impacto de esto no fue mucho, solamente puso cuatro puntos arriba de los Tiburones Rojos en la tabla de descenso, cuando en realidad deberían ser dos, pero bueno, casi no afectó el desarrollo de la liga, además, para los silbantes nadie le presta atención a los partidos que enfrentan los mal llamados “equipos chicos”.

Así se vivió la reanudación del futbol mexicano luego de que los árbitros exigieron respeto ante las agresiones que sufrieron, pero lo cierto es, como lo dijo Miguel Herrera, que los árbitros piden respeto pero ellos no lo dan.