Por: Gustavo Ferreyra

“Con un ojo abierto, creo que jugaría bastante bien”. A este nivel llega el interés de Derrick Rose, guardia de Toros de Chicago, de ser parte del encuentro ante Cavaliers de Cleveland, rival con el que debuta esta campaña en la NBA.

Rose argumentó que no ha sufrido dolor desde un par de días posteriores a la operación que tuvo el 30 de septiembre pasado, aunque el área del ojo está inflamada y ocasionalmente tiene visión doble.

“Cada día está mejorando. Podría ser rápido. Quién sabe (cuando volveré), no hay tiempo estimado. Es en cuanto pueda salir a jugar. Quiero jugar, estoy ansioso por hacerlo, me está dando piel de gallina por el simple hecho de ver la libertad al estar en la duela.  Si estoy dispuesto a ir y sé que no hay nada en mi camino, jugaré (el inaugural)”, dijo Rose al Chicago Tribune.

Rose dijo estar emocionado luego de ver el nuevo baloncesto de Toros de Chicago, pues abre mucho la duela y esto le da para estimar que tendrá más de siete asistencias por encuentro, aun cuando sea posible que lo haga con una máscara con la que comenzó a entrenar.

“Cuando me la puse (la máscara) por primera vez fue un poco incómodo, pero me fui sintiendo más cómodo a medida que la usé en entrenamientos. Pude lanzar, mi ojo se abrió un poco más. Odio que me toquen la cara, entonces si me siento bien, estoy ‘en fuego’ y estamos jugando bien, puede ser que me vean así el resto de mi carrera”, comentó.

“Él se estuvo moviendo, cortando a toda velocidad, tomando tiros a alta velocidad, por lo que está impulsado. Ahora, una gran parte de esto es que tome la confianza suficiente para que reciba un golpe”, añadió Fred Hoiberg, coach de Chicago, sobre Rose.