Por: Alexis Díaz

Las rondas divisionales están casi definidas. Un error de ejecución en la patada decisiva permitió a los Halcones Marinos de Seattle vencer 10-9 a los Vikingos de Minnesota, que hasta el último cuarto habían controlado al campeón de la Nacional.

Sin la ventaja de la localía por primera vez desde 2012, Pete Carroll y sus hombres viajaron a la helada Minneapolis para medirse al campeón del norte, pero a diferencia de lo que se había especulado en la semana, lo harían sin Marshawn Lynch en el emparrillado.

A 20°C por debajo del cero, las defensas impusieron su ley, limitando a ambos ataques a 228 yardas combinadas en la primera mitad. Y salvo un gol de campo de Blair Walsh para adelantar a los de púrpura, ninguna ofensiva fue capaz de herir a su rival.

Conforme el tiempo trascurría el frío incrementaba, y la presencia de los cuadros defensivos también. Así en la primera serie del tercer cuarto, la secundaria de los Vikes abrió la puerta a un nuevo gol de campo con una intercepción tras la cual, Teddy Bridgwater avanzó 28 yardas para una nueva patada de Walsh.

El subcampeón de la liga continuaba sin poder montar un drive de largo yardaje, perdiendo la batalla por la posición de campo, y permitiéndole a Minnesota volver a acercarse para que su pateador anotara su tercer intento del día.

Seattle vs Minnesota_playoffs 2015

Pero en los últimos quince minutos Seattle impuso  su experiencia en estos partidos, y  pese a ser secados por tres cuartas partes de encuentro, Russell Wilson avanzó a su ataque 80 yardas , finalizando con una conexión en la diagonales entre el mariscal y su ala abierta, Doug Baldwin, para descontar siete puntos

Cuando los Vikingos más necesitaban una larga serie para apagar el ímpetu de los Halcones Marinos, un error de su figura más importante silenció el TCF Bank Stadium. En 2da&5, Adrian Peterson soltó un importante balón que terminó en las manos de la visita.

Seattle capitalizó en tres puntos el fumble, en una serie que además incluyó un milagroso pase de Wilson a Tyler Lockett.

El tiempo seguía su marcha, y con menos de dos minutos en el cronómetro, Bridgwater desde su propia 39 comenzaba el drive definitivo. El egresado de Louisville, movió a la perfección a sus hombres, consiguiendo poner el ovoide a nueve yardas del touchdown.

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Sin más por jugar, Walsh entró al campo para ejecutar  lo que se supondría su gol de campo más sencillo del día, sin embargo su sujetador, Jeff Locke, erró al momento de colocar el balón, dejando las costuras enfrente de Walsh, que terminó por desviar su patada.

Seattle resurgió en lo que parecía ser una derrota clara, manteniendo con vida la esperanza de llegar al Super Bowl 50, que ahora deberá pasar por Carolina, donde Cam Newton ya espera la revancha del año pasado.