Por: José Manuel Mota Fernández/

Cruz Azul continúa con su “paso arrollador” en el torneo Apertura 2018, luego de derrotar 4-1 a los Tiburones Rojos de Veracruz, en un partido que se vio envuelto en la polémica en dos de las cinco anotaciones que se presentaron este sábado en la cancha del Estadio Azteca.

Luego de perder la marca de invicto en el torneo de Copa, la Máquina Cementera de la Cruz Azul se metió al Estadio Azteca para recibir a Veracruz con nuevo entrenador y buscar así mantener su buen paso en el torneo principal del futbol mexicano y mantener su meta imbatida como locales.

Las acciones se inclinaron desde un principio a favor del conjunto cementero, pues estos fueron capaces de encerrar a sus oponentes con jugadas por diferentes frentes que no pudieron concretarse de la mejor manera posible, ya que esto se dio hasta el 32′ con una jugada polémica de por medio.

Édgar Méndez recuperó el balón por el costado derecho de la cancha en una acción que se reclamó como fuera, sin embargo, el abanderado número dos no hizo ningún señalamiento, el español conectó con Alvarado y este definió de volea tras una pared con Elías Hernández que derivó en la volea del ex necaxista.

Poco a poco los escualos fueron haciéndose del control del transcurso del juego, pero el primer tiempo no les compensó todo lo que les había quitado y debido a esto se fueron con la desventaja en el marcador, la cual no duró mucho en el tiempo complementario.

La polémica también se hizo presente en el tanto de los Jarochos, pues Roberto García Orozco, central del partido, señaló un penal que muchos reclamaron y que al final de todo terminó en el fondo de las redes celestes gracias al cobro de Brayan Carrasco con un tiro raso al palo izquierdo.

Esto ocasionó el despertar de los locales, quienes se volcaron al frente y con un derechazo de Elías Hernández, sumado al error de Pedro Gallese, recuperaron la ventaja en el marcador y se esforzaron al máximo para sentenciar a pesar de los contragolpes del equipo visitante.

La cuenta se amplió aún más en los minutos finales, con las anotaciones de Milton Caraglio con un cabezazo tras el centro de Roberto Alvarado, además del autogol de Rodrigo Noya que intentó cortar una jugada y terminó mandando la bola al fondo de su propia portería.