Por: Redacción

Como parte de la conmemoración por el Centenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Secretaría de Cultura, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) coeditan el volumen Cómo hicieron la Constitución de 1917, un análisis dinámico y puntual que permite conocer los detalles del proceso histórico y político que dieron origen y caracterizan a la Carta Magna.

Ignacio Marván Laborde es el autor de la obra –que forma parte de la colección Biblioteca Mexicana, coeditada por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura y el FCE, con la colaboración de diversas instituciones–, en la cual el investigador examina también las rupturas y continuidad entre las constituciones de 1857 y 1917 en temas fundamentales como el paso de los derechos humanos a garantías individuales, el nuevo equilibrio entre los poderes aprobado por el Constituyente y la incorporación del municipio a la nueva Constitución.

La vigencia de la Constitución convierte al Congreso Constituyente, celebrado en la ciudad de Querétaro del 20 de noviembre de 1916 a la madrugada del 1 de febrero de 1917, en el hecho más trascendente de la Revolución Mexicana, asegura en el texto introductorio Ignacio Marván, quien agrega que por ello la preocupación central del texto es responder a la pregunta: ¿cómo hicieron la Constitución de 1917?, más aún en tiempos en que se afirma “que en México es necesario realizar un nuevo congreso constituyente, sin siquiera preguntarse cómo sería esto posible.

“Este libro trata de dar cuenta del proceso histórico político que explica por qué fue posible y necesaria la celebración de un nuevo Congreso Constituyente en México, de ver quiénes fueron los actores, de analizar cuál fue su comportamiento político y de revisar el proceso legislativo mediante el cual se tomaron algunas de las principales decisiones que en su origen caracterizaron a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que reforma la del 5 de febrero de 1857’”, escribe.

El politólogo refiere que se ciñó a los alcances y límites de la pregunta guía de la investigación: ¿cómo hicieron la Constitución? “Toco desde luego algunos antecedentes y hechos que contextualizan el proceso del Constituyente de 1917, pero en mi exposición me he cuidado de respetar con mucho escrúpulo el límite temporal de mi objeto de estudio: febrero de 1917. Considero que rebasarlo sería materia de otras historias”.

La primera parte de la obra se divide en tres capítulos. En el primero, ante la pregunta ¿por qué fue posible celebrar una Asamblea Constituyente? Marván Laborde parte de la premisa de que las convenciones constituyentes tienen lugar en situaciones históricas extraordinarias.

“En nuestro caso, es necesario entender cuáles fueron las circunstancias políticas que nos permiten explicar porqué una Revolución, la constitucionalista, que sólo se proponía el restablecimiento del orden legal interrumpido con el violento arribo de Victoriano Huerta a la Presidencia de la República, en febrero de 1913, llegó a su fin mediante la celebración de un Congreso Constituyente, dado que ésta fue la mejor opción política para terminar la dictadura del primer jefe, consolidar las reformas realizadas en este periodo preconstitucional y fundar un nuevo orden”, explica.

Quiénes fueron los constituyentes es la cuestión clave del segundo capítulo, en el que el investigador se aboca a conocer la edad que tenían, su formación y en qué disciplinas eran especialistas, pero particularmente cuál era su ocupación al momento de ser electos diputados constituyentes y con ello lograr un conocimiento de qué y a quién representaban los constituyentes de 1916-1917 y su trayectoria política.

El último capítulo tiene como pregunta principal el cómo votaron los diputados constituyentes, y la investigación arrojó que “en el proceso político de aprobación del Proyecto de Constitución presentado por Carranza a los constituyentes predominaron la unanimidad y la formación de mayorías amplias, la polarización más bien fue la excepción y, sobre todo, no hubo grupos o partidos que tuvieran un comportamiento disciplinado en cada uno de los casos en que se dividieron por diferencia de preferencias”.

En la segunda parte de la obra, dividida en seis capítulos, Ignacio Marván se refiere a las rupturas y continuidades entre las constituciones de 1857 y 1917, precedida de un recuento analítico de las reformas que ya se habían realizado a la de 1857, antes de noviembre de 1916, para dar cuenta de que la Constitución que estaba en revisión no era el texto original de 1857, pues había sido objeto de importantes reformas.

Asimismo, el autor analiza las principales decisiones tomadas en lo que se refiere a garantías individuales y derechos sociales, en especial cuatro temas centrales en las relaciones entre gobernantes y gobernados: el paso de los “derechos del hombre” a las garantías individuales entre una y otra Constitución; el intento de acotar y restringir el derecho de amparo; el replanteamiento del sistema penal, y orígenes, alcances y límites del constitucionalismo social incorporado a la Constitución de 1917.

El nuevo equilibrio entre los poderes es otro de los puntos abordados por el académico del CIDE, quien revisó la concepción que se tenía del Presidente y de la Presidencia de la República; el replanteamiento de las relaciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como lo relacionado con las decisiones tomadas respecto a la independencia y fortalecimiento de la Suprema Corte y del Poder Judicial de la Federación.

Cómo hicieron la Constitución de 1917 se presentará el próximo jueves 9 de febrero a las 19:00 horas, en el Auditorio de la Librería Rosario Castellanos del Centro Cultural Bella Época, calle Tamaulipas No. 202, esquina con la calle Benjamín Hill, colonia Hipódromo Condesa, con los comentarios de José Ramón Cossío, Sergio López Ayllón, Lorenzo Meyer y Enrique Florescano.