Por: Paola González/

“Nosotros somos los dueños de nuestra cultura y podemos hacer moda con nuestra cultura” mencionan las pioneras del proyecto Elaboración de Ropa con Diseño Rarámuri que pretende modernizar las prendas de Chihuahua empoderando a la mujer indígena, beneficiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) para lograr autoempleo comercializando prendas de diseños actuales para conservar la esencia textil.

“El objetivo es empoderar a la mujer indígena, generando espacios de desarrollo creativo a través de la innovación, fusionando las técnicas tradicionales de elaboración con tendencias actuales en lo que se refiere a moda” explica la líder del proyecto. Esta innovación fue impulsada por las hermanas Verónica, Rosalía y María Chávez Vázquez, a su vez se planeó un proyecto aún más grande llamado Kusá que fomenta el autoempleo de las mujeres pertenecientes de este pueblo Tarahumara.

“Queremos producir ropa rarámuri, que le guste a la gente mestiza para que volteen a vernos, para que vean los elementos de los textiles de nuestra comunidad aplicados a su mundo, y hacer más visible la etnia” Mencionó Cecilia Bolado.
Las mujeres recibirán capacitación y estudios para que estén actualizadas para aprender cómo fusionar lo tradicional con lo moderno para que sus prendas sean atractivas para todo público, no solo un grupo específico, y lo puedan usan cotidianamente sin necesidad de una ocasión en especial.

Hay 15 personas contribuyentes a este proyecto que requiere habilidades manuales para elaborar vestimenta como faldas, blusas, vestidos y algunos accesorios como monederos, llaveros, aretes y bolsas con trozos de tela reciclada, con el fin de darle un doble uso a todo.

Cada persona de este equipo tiene cargos diferentes para llegar al resultado deseado en la producción en cuestión de diseño, corte, montaje, adornos, control de calidad, etc.; constantemente están observando las empresas internacionales que no hagan pasar por suyos estos diseños o los copien.

Quieren cuidar su marca de la industria global, pues ya han existido casos de inconformidad por parte de sociedades mexicanas, tal es el caso de la comunidad San Juan Bautista Tlacoatzintepec en Oaxaca; a principios de 2017 se hizo una denuncia de plagio a la empresa Intropia que comercializó un huipil de esta región con el precio de 198 euros.

Estos casos no solo son visibles en lo textil, muchos otros accesorios o calzados han sido inspirados en diseños mexicanos que no dan crédito ni nombramiento alguno a estas comunidades.