Por: Redacción

Cementerios de autos, deshechos, vírgenes, esbirros, milagros de metal incrustados en la escena plástica, retratos y reptiles diminutos son motivos con los que Olinka Domínguez propone lecturas novedosas de la desdicha para reflexionar sobre la existencia, la adversidad y la capacidad de sortearla.

Pequeños infortunios –en exhibición hasta el ocho de abril en el Centro de Difusión Cultural Casa Rafael Galván de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– comprende cuadros y figuras que revelan aspectos del mundo a través de una mirada que hurga en la cruda realidad, confiriéndole sentidos nuevos.

Planeta agonizante, La virgen de los sicarios y Deshuesadero fragmentado son algunas de las 17 piezas realizadas en formatos diversos y técnicas que abarcan el óleo, el aguafuerte, el bordado y la escultura, cuyo eje conductor es el deterioro para exhibir la fatalidad, no desde un sentido trágico sino con el fin de valorar más la felicidad.

La propuesta parte de la búsqueda de dar sentido a la experiencia, pues “casi toda mi producción gira en torno a la impermanencia, es decir, que todo está en transformación constante, por lo que es grato laborar con elementos que representan una fuerza de cambio, ya que a diferencia del bienestar, lo que nos mueve y sacude genera siempre una modificación interna.

“De un modo muy personal el creador trata de entender el entorno en que vive”, convirtiendo el arte en “un espejo que refleja a la sociedad” a partir de “temas que cuestionan y ponen bajo la lupa la inseguridad, el crimen o el desamor, que son algunos de los problemas que atañen” a la Ciudad de México, detalló.

Tintas metálicas, collages en relieve e imágenes que aluden a la belleza oculta del siniestro son obras engrandecidas por el talento, la devoción y la perspicacia de una nueva, espléndida y singular autora de lo verdadero, imaginativo y crudo de la realidad, denotando pasión, amor, presencia indiscutible y arrebatos poéticos de alta consideración, refiere el pintor mexicano Alfonso de Neuvillate.

Domínguez, quien invita a la comunidad universitaria a visitar la muestra para entablar un diálogo con su trabajo, realizó estudios de diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana y desarrolló sus primeras obras en 1999.