Por: Oswaldo Rojas

Paco Ignacio Taibo II es un escritor y periodista altamente reconocible en las ferias de libros y eventos culturales por su bigote descolorido y amarillento por culpa de los numerosos cigarros Delicados que fuma en todo momento. Un hombre que ha escrito relato corto, novela negra y textos históricos, además de fundar el proyecto Leer en libertad AC, se ha encargado de insistir por años en la necesidad de acercar a la gente a los libros.

Por eso y porque nunca está de más Mugs Noticias charló con él sobre el lugar de la literatura en la sociedad actual y al forma en que esta puede volverse el vicio de cada vez más gente.

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Recuérdame cómo iniciaste tu camino en lectura.

Todos llegamos  a la lectura de forma distinta. Después de la obligatoriedad escolar en la cual tuve que leer un montón de libros que no quería y que me aburrieron enormemente -y gracias a una hepatitis y a que mi padre dejo los libros a mi alcance de una forma muy amable- fue como me convertí en lector. Si pudiera tener yo un acta de nacimiento de lector estaría fechada en un día de junio de 1972 en que pase más de un mes en cama, en lo que seria la felicidad de descubrir a Arthur Conan Doyle, a Salgary, a Julio Verne…ahí me volví lector.

¿Por qué para el hombre sigue siendo fundamental la lectura?

Porque  significa el descubrimiento de la igualdad de condiciones a las que nos enfrentamos tú y yo como seres humanos,  y claro, la posibilidad de meterse en las paginas de ese libro y convertirte en el personaje que quieras. Ese es el llamado bovarismo: la capacidad de ser el personaje que está acuñado desde Madame Bovary de Flaubert. Me encanta, porque es, `hoy leeré Harry Potter y quiero ser Sirius Black o Batallas en el desierto y soy Carlitos enamorado de Mariana, la mamá de mi mejor amigo’. Todos esas posibilidades están dentro del libro, más todas las infinitas que hay.

La lectura no solo es aprender, que es solo la parte educativa, sino también aprehender. El acto de apropiación.

¿Leer por leer?

Eso es lo único valido. ‘Hay tantas maneras de leer como ojos se posen sobre las paginas del libro’ y para los fines prácticos o lúdicos que tu desees. Tenemos el mismo derecho a leer que a no leer. ¿Para que leemos? Para aprender con h intermedia, comprender, para convivir, para vivir, divertirse y llorar. El libro sirve lo mismo como almohada de plumas para tener los mejores sueños, como cama de clavos para tener las mas chidas pesadillas. Es decir, la mirada que vea el libro es la única que determina la manera y fines porque se lee.

Has llegado a decir que la lectura puede ser un acto masoquista cuando se leen cosas por encima de nosotros. Eso se contrapone un poco con lo anterior.

Leyendo a Heidegger,  Nietzsche o a Kant con la intención de apre(h)ender sobre temas demasiado sinuosos o complejos uno puede terminar descifrando dentro de sus paginas lo que le sirve y motiva. Insisto, la manera de leer la determina la manera en que te vas convirtiendo en lector.

¿Como enamorarse de la lectura?

A veces lo digo en broma pero… el mejor sistema de fomento a la lectura sería su prohibición. Mi chiste, entenderás que es una broma porque si no sería un nazi,  tiene que ver con nuestros deseos por lo prohibido. Si tú le dices a un chavito de 3 años por que no lea porque no es un libro para él y porque no va ha entender lo que estas haciendo es despertar su curiosidad.

Ahora va la parte seria. La parte medular para fomentar la lectura es su acceso, que el libro llegue de la forma má amable hasta las manos de lector y que el decida que quiere leer, porque nadie puede decirle a nadie que debe de leer. Que el libro este ahí, a la mano, cercano y accesible (o sea barato).

¿En plena era digital cuál crees qué es el papel de la academia ahora con que existen tantas plataformas cercanas a la gente?

Creo que sí, que cada vez tenemos más acceso a la lectura, pero en estos días la gente teje una una comunidad de lectores sin precedentes. Un libro, según las estadísticas de las que disponemos, es leído por cinco personas. Se pasa de mano en mano, por lo tanto creo que leemos más de lo aparente – Savater  habla sobre la encuesta de lectura del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la cual dice que  los mexicanos leemos apenas dos libros anuales -. Sin embargo, hay que descontar en estas mediciones a todos aquellos que no tienen acceso a un libro por su precio.

Por lo tanto, lo que necesitamos primero es un sistema de justicia que permita a la gente vivir  lo mejor posible, en la honrada medianía como decía Benito Juarez, para así tener acceso al libro.

Me decías que la lectura puede cambiar al mundo.

Cambia en la medida de quien lee. El mundo del que hablo no significa el planeta, sino ese departamentito en el que vives. Si al chico que vive ahí le cambia la perspectiva y comienza a hacer cosas que modifican su inmediatez terminará por llevar esos cambios a su calle, después a su barrio y a la colonia. Así se va cambiando al mundo.

¿Como se representarías la lectura en con un libro?

Mira, te voy a contestar con una frase de Fernando Pessoa: “La literatura existe porque el mundo no basta”. Esa es la respuesta más efectiva que tengo.

Yo no entendería mi vida ni el mundo sin un libro complice-amigo junto a mi haciéndome descubrir todo lo que hay alrededor. Yo estoy más orgulloso de los libros que he leído que de los que he escrito y estoy convencido de ello, lo dijo Borges pero lo tomó como mío. No entiendo al mundo sin los libros.

¿Algo qué un libro haya dejado marcado en ti?

Es que todos los libros me han marcado. Todos. Lo hacen de muchas y múltiples maneras dependiendo de la edad que tengas, tu estado de animo y lo que estas haciendo. Todos dejan una huella en ti, puede ser una pequeña o una mancha en la espalda que perdura como tatuaje de alma.

Yo no entendería mi vida ni el mundo sin un libro complice-amigo junto a mi haciéndome descubrir todo lo que hay alrededor. Yo estoy más orgulloso de los libros que he leído que de los que he escrito y estoy convencido de ello, lo dijo Borges pero lo tomó como mío. No entiendo al mundo sin los libros.