Por: Araceli Isidro

El Museo del Juguete Antiguo México (MUJAM) tiene 45 mil piezas en exhibición. El lugar pertenece al coleccionista Roberto Shimizu quien decidió abrir las puertas al público el 30 de abril de 2009. Las dificultades económicas que amenazan la estancia del inmueble son frenadas por el apoyo de visitantes, coleccionistas y voluntarios.

Shimizu cuenta con un millón de juguetes de todos los tamaños y características, pero por falta de espacio sólo una parte de su colección se muestra al público, la otra espera en cajas situadas en las bodegas del MJAM, ubicado en calle Doctor Olvera, número 15, colonia Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.

Surge el MUJAM

Corría la década de 1950, en la calle Niño Perdido, colonia Doctores, delegación Cuauhtémoc, vivía Yukio Shimizu con su familia. Para comenzar una nueva vida en México, el japonés inmigrante fundó “Dulcería Avenida”, una tienda importadora y “La Primavera”, una librería y papelería.

Un día de trabajo, Yukio observó una libreta acompañada de unos sellos, mientras la tomaba decidió que era un buen regalo para su hijo mayor, Roberto o “Beto” como le decían.

Roberto tenía 10 años, su padre se le acercó y estirando las manos le entregó la libreta con sellos, ese fue el obsequio que marcó la vida del futuro arquitecto. A todos los lugares donde iba, llevaba esos objetos.

Ese fue el primer artículo de toda la colección actual, a partir de entonces el niño sintió la necesidad de guardar todo lo que le inmortalizará esos años felices. Cada recipiente de refresco que disfrutaba era conservado, lo mismo sucedía con otros productos, lo que para algunos era basura para él eran recuerdos.

En un espacio de los edificios que su padre mandó a construir cerca de sus locales comerciales, el coleccionista guardó todos los objetos y cincuenta años después decidió abrir las puertas del lugar y mostrar sus recuerdos al público, así lo contó a la organización internacional Kickstarter en 2016.

Fue así como se inauguró el Museo del Juguete Antiguo México (MJAM), cuenta con seis salas donde se exhiben artículos de la lucha libre, sobretodo del Santo; de películas mexicanas, donde figuran personajes como Cantinflas, Viruta y Capulina que están presentes en el juego de la “lotería”.

En la actualidad la colección de Shimizu se complementa con otras recopilaciones de juguetes, como la de “Barbie del Mundo” propiedad de Lino Lugo y de Zoila Manané Juárez y “Lego en el MJAM” de Enrique Tenorio.

“S.O.S. MJAM podría cerrar sus puertas este año”

La situación económica del MJAM se ha convertido en un elemento que puede terminar con este sitio. Al no contar con el presupuesto necesario y la falta del reconocimiento, por parte de las autoridades culturales y educativas del país, el lugar ha estado cerca del cierre.

De acuerdo con el Consejo Internacional de Museos (ICOM) para que un lugar pueda desempeñarse como museo es necesario contar con los siguientes elementos:

“Adquirir, preservar y poner el valor sus colecciones para contribuir a la salvaguarda del patrimonio natural, cultural y científico. Sus colecciones constituyen un importante patrimonio público, se hallan en una situación especial con respecto a las leyes y gozan de la protección del derecho internacional. La noción de buena administración es inherente a esta misión de interés público y comprende los conceptos de propiedad legítima, permanencia, documentación, accesibilidad y cesión responsable”.

El momento de crisis se intensificó en noviembre de 2016, para evitar la clausura se organizó una campaña de recaudación de fondos y se abrió una convocatoria para todo tipo de personas que quisieran ayudar a través de servicio social, prácticas profesionales y voluntariado.

Para conseguir apoyo monetario el personal del museo difundió su campaña “S.O.S MUJAM podría cerrar sus puertas este año” a través de internet. En ella intervino Kickstarter: Global Childhood Archive, una organización internacional que respalda ideas creativas con montos económicos.

Con esa campaña han logrado sobrevivir y hasta el momento el MJAM cuenta con la compañía MCM Telecom como patrocinador.

Personas que apoyan al MUJAM

Un sector que mantiene en pie al MUJAM es el de las personas que realizan servicio social, prácticas profesionales y voluntariado. Se trata de un equipo integrado por ocho elementos, con sus conocimientos apoyan al lugar desde diferentes aspectos: fotografía, edición de video, diseño, logística, prensa y difusión a través de las redes sociales

Miguel Anguiano Peralta es parte de esa área, llegó para realizar su servicio social. Él es el encargado de comunicación y prensa del museo, además coordina el área de Arte Urbano.

“Apoyo porque es un lugar mágico, el museo a través de los juguetes nos regala lo que es la cultura popular de México que se ha ido olvidando gracias a la globalización y a esto me refiero a algunos juguetes que se llaman `bucles` que son de una sola tinta, el museo tiene algunos y en esta época, en este tiempo ese tipo de juguetes son raros”.

En siete meses Anguiano ha coordinado la realización de murales en el área de logística, entre sus actividades también está la realización de video y foto sobre las obras artísticas que se encuentran en el lugar.

El juguete que le sorprendió fue una máscara mecánica fabricada en 1920: “sí me sorprendió mucho al verla tan gigante, su tamaño, lo impresionante que es”, cometa. El objeto en forma de rostro humano, rebasa los dos metros de altura, es color negro, tiene la boca abierta y mueve los ojos al ser conectada a la corriente eléctrica.

Para el encargado de comunicación y prensa poder ver un juguete y no tocarlos es retroceder en el tiempo: “recuerdo cuando jugué con él, cuando pude tenerlo, y me agrada mucho no poderlo tocar porque seguramente lo rompería como en algún tiempo lo llegué a romper. Eso es lo bueno del museo que no puedes tocar las piezas y es lo bueno de aquí que a través de los juguetes, tan simple que puede ser un juguete, te llega a recordar mil cosas, y no solamente a ti sino es una conexión humana que tenemos todos a través de un objeto”.

Otros elementos de ayuda

En las salas del MUJAM hay alcancías de hojalata, fabricadas por Rogelio Orozco Reboulle, son parecidos a los robots diseñados en la década de 1980, con figuras cuadradas, rectangulares y extensiones en forma de pinzas.

Esas alcancías de hojalata tienen un letrero, el cual se lee una invitación a los asistentes para aportar cualquier moneda que pueda ayudar a la supervivencia de “la colección de juguetes más grande del mundo”.

Para reunir fondos y que el público se lleve un recuerdo físico del inmueble, al final del recorrido está la tienda, ahí al igual que en la exhibición, se pueden encontrar juguetes de todo tipo, fabricados en distintas épocas e importados de Japón.

Ediciones especiales de Hello Kitty, Batman, carros Vintage y personajes de Pokemón acompañan a otros juguetes que esperan a ser adquiridos por algún visitante. Los precios son variados, hay artículos entre los 200 y 400 pesos.

Otra forma de expandir las posibilidades compra es la ropa, otro de los accesorios que se venden en el MUJAM y que esta dividido en dos posibilidades: la primera es “la venta retro” con atuendos de las décadas de 1960 y la segunda con prendas de diseñadores como Louis Feraud e Isseay Miyake.

Hasta ahora estas son las alternativas del Museo del Juguete Antiguo México para sobrevivir,sin otro apoyo más que el de los curiosos y de aquellos que dicen “recordar los momentos felices de su niñez”.