Por: Jesús González

Con un total de 27 bienes culturales, cinco naturales y uno mixto, México se posiciona como el país del continente americano con más bienes inscritos en la lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

A nivel mundial, el país se posiciona en el sexto lugar de este listado de Patrimonio Mundial, que está encabezado por Italia y China, y el cual reúne monumentos y sitios de gran riqueza natural y cultural que pertenecen a toda la humanidad.

La Secretaría de Cultura de México, destacó entre esos bienes a dos de los últimos que recibieron el reconocimiento de la Unesco: los bosques tropicales de Calakmul, en el sureño estado de Campeche (2014), y el Acueducto del Padre Tembleque, ubicado entre el Estado de México e Hidalgo, en el centro del país (2015).

Los bosques protegidos de Calakmul, que cubren unas 750,000 hectáreas, son la segunda mayor extensión de bosque tropical en América, sólo después del Amazonas, y fueron reconocidos como el primer Patrimonio Mundial Mixto de México durante la 38 sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco celebrada en Doha, Qatar.

Los bosques fueron añadidos porque representan un testimonio excepcional de la evolución de la civilización maya en la región durante más de 10 siglos.

Por su parte, el Acueducto del Padre Tembleque fue postulado como Sitio de Patrimonio Cultural durante la 39 sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, llevada a cabo en la ciudad de Bonn, Alemania.

El acueducto fue construido entre 1554 y 1571 y se extiende a lo largo de más de 48 kilómetros.

La Unesco lo considera la obra de ingeniería hidráulica más importante en el continente, pues refleja la fusión de la construcción tradicional mesoamericana y la europea.

Los nombramientos como Patrimonio Mundial de la Unesco promueven medidas de protección de la biodiversidad y sientan las bases para la adecuada conservación de los bienes que los reciben.