Por: Redacción/

Durante 2017 la oferta cultural de nuestro país fue enriquecida con magnas exposiciones que permitieron que los más importantes acervos estuvieran en los museos mexicanos, como parte de las líneas de acción de la Secretaría de Cultura para traer a un mayor público nacional lo mejor del arte universal y garantizar el acceso de la población al conocimiento y a los servicios culturales.

En el mes de enero continuó la exhibición de exposiciones de primer nivel inauguradas durante el último trimestre de 2016 y que cerraron con altas cifras de visitantes su presencia en México.

Casi 139 mil personas apreciaron la muestra El color de los Dioses. Policromía en la Antigüedad clásica y Mesoamérica. Las salas Nacional y Diego Rivera del Palacio de Bellas Artes presentaron durante varios meses esta propuesta que permitió conocer el color original en el arte al reconstruir sus trazas originales y sus implicaciones en la cosmovisión de estas culturas.

Asimismo, concluyó con más de 80 mil visitantes la muestra Otto Dix. Violencia y pasión, en el Museo Nacional de Arte que ofreció una retrospectiva completa sobre su vida y obra a través de 162 piezas y siete núcleos temáticos: Voluntad de arte. La dialéctica de Eros y Tánatos; El fin del mundo. El trauma de la Guerra Mundial; Muerte y resurrección; El rostro del tiempo. En el espejo de la época; Eros en la metrópolis. Cuerpo y sociedad; Visión de la realidad. Verismo y alegoría; y La guerra y la paz. En la Europa dividida.

Con 20 mil visitantes terminó de exhibirse también la muestra Francisco de Goya, único y eterno, integrada por más de 125 piezas, que incluyeron las series de grabados: Los caprichos, Los disparates y La tauromaquia.

El mes de febrero inició con la conclusión de la magna muestra Obras maestras del Museo Nacional de Arte de China, montaje internacional que fue visto por 67 mil 772 personas en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Los espectadores pueden apreciar 151 obras, entre óleos, aguadas, grabados, esculturas, papel recortado, marionetas de teatro de sombras y máscaras.
Este espació también exhibió Tres siglos de grabado de la Galería Nacional de Arte de Washington, integrada por 144 grabados de grandes artistas como Robert Rauschenberg, Edward Hopper, Alexander Calder, Chuck Close, Jackson Pollock, Roy Lichtenstein y Andy Warhol.

La muestra constituyó un vistazo a la forma como Estados Unidos de América ha sido representado por los artistas entre 1710 y 2010 con evocaciones a los indígenas americanos, eventos históricos, guerra y civismo.

De igual forma, en el segundo mes de 2017 fue abierta en Ex Teresa Arte Actual la exhibición Paraísos artificiales. La idealización de sociedades secretas, de Carlos Gómez (1945-2014), un creador argentino poco conocido de profunda convicción marxista.

La muestra conformada por instalación, pintura, dibujo, arte objeto, dispositivos electrónicos y video, ofreció dos etapas de la producción del artista afiliado al Partido Comunista de Argentina: la primera hace referencia a la práctica realizada durante su exilio en México en 1977 y la segunda a partir de su regreso a Buenos Aires en 2001.

Para el mes de marzo, la propuesta visual del pintor alemán Sigmar Polke (1941-2010), considerado uno de los artistas contemporáneos más importantes de su país pudo ser apreciada en la muestra Sigmar Polke. Música de un origen desconocido, en el Museo de Arte Moderno (MAM).

Integrada por 40 gouaches permitió acercarse a una de los trabajos artísticos más trascendentales de la posguerra alemana, realizados por el artista nacido en Oels, Baja Silesia, en 1941.

En el Centro Cultural Tijuana (Cecut) se exhibió por primera vez durante marzo la muestra Viacrucis, la pasión de Cristo, del pintor colombiano Fernando Botero, procedente del Museo de Antioquia, de Medellín, Colombia, la cual estuvo integrada por 60 piezas: 26 óleos y 34 dibujos realizados por Fernando Botero.

Luego de presentarse en Roma, Nueva York, Lisboa, Panamá y Chile, esta exposición llegó a la frontera norte del país con escenas de un Cristo crucificado que tiene como fondo el Parque Central de Nueva York. Viacrucis, la Pasión de Cristo fue la primera muestra individual de Fernando Botero en el Cecut.