Por: Ximena Islas

Un “desafío” es cómo la directora, Rocío Carrillo, denomina su nueva puesta en escena, Quemar las naves. El viaje de Emma, la cual, en la línea del recorrido de Ulises en La Odisea, busca resignificar el proceso de maduración de la mujer en nuestro contexto, a través del viaje marítimo que Emma emprende tras la muerte de su esposo.

La combinación de danza, música, voz, elementos visuales y la ausencia de la palabra dan vida a la obra que se estrenará el próximo 9 de julio en la Biblioteca de México.

En conferencia de prensa la directora compartió que el proyecto se trata de un laboratorio porque el gusto y entendimiento de la gente no están garantizados, principalmente por los símbolos presentes y que los actores no hablan durante la obra.

“Mi apuesta es que la gente entienda que es un viaje de confrontación y cambio, a partir de lo que estamos narrando, aquí también subrayo mi creencia de que no toda la teatralidad es la palabra, que el actor es mucho más que la palabra y que hay otras formas de contar, no solamente la palabra”, Carrillo explicó que cualquier mito, pero en este caso el de Ulises, debe poseer la flexibilidad de ser releído, visto y apreciado por el imaginario, antes que por la razón.

Un elemento fundamental de la obra es el diseño sonoro, a cargo de Betsy Pacanins y el laboratorio vocal de Margie Mermejo, quienes trabajaron sobre el deseo de Carillo de explorar la voz, pues considera que, “abre muchas puertas expresivas que los actores y directores no imaginamos, para El viaje de Emma yo quería que fuera mayor el trabajo con la voz porque es un factor que permite generar texturas que tocan lo imaginario, conmueven y generan sensaciones”, reveló.

La construcción sonora de la puesta en escena fue un proceso de experimentación y pruebas pues hubo cosas que no funcionaron durante ensayos y se tuvieron que modificar, “Con Margie probamos cosas que en el escenario no funcionaban porque el actor se mueve, los actores son entonados pero no son cantantes, de modo que la opción fue grabar la voz para que no se preocupen por cantar bien”, a lo que agregó que este trabajo no es una danza ni una comedia musical, más bien se trata de un híbrido que combina muchas disciplinas artísticas.

Por otro lado, la escenografía consiste únicamente en la representación de alguna parte de un barco en un extremo del escenario y queda un espacio libre, sin embargo, Erika Gómez explica que ese espacio no se debe a que no haya presupuesto y que no se siguió la tendencia actual de simplemente no hacer uso de ese elemento.

“No estoy de acuerdo con los espacio vacíos pero aquí es necesario para los actores, yo propongo la escenificación de un barco, no nos interesó mostrar uno completo, solamente presentar un elemento del barco, puede ser la proa o la popa; simplemente es un barco atemporal, la parte que cada uno quiera plantear”, comentó la diseñadora de escenografía.

Quemar las Naves. El viaje de Emma, cuenta con la participación de 7 actores y la música en vivo de Oscar Acevedo y no presenta una estética estática, es decir, no todas la música y danzas serán similares.

“Hay que recordar que Emma está viajando, lo que implica pasar por muchos lugares, atravieso muchos internos, estados del alma, de la imaginación, hay muchas evocaciones pero no voy a decir más para que vengan a verla”, finalizó la directora y creadora de la compañía Organización Secreta Teatro.

La temporada teatral será todos los sábados y domingos del 9 de julio al 13 de agosto a las 13:00 con entrada libre para mayores de edad.