Por:Redacción/

Para los pueblos mesoamericanos la sonrisa tenía un papel muy importante, como lo demuestra el centenar de figurillas de arcilla que contagian su alegría y que componen la muestra La magia de la sonrisa en el Golfo de México, que se exhibirá en el Museo Regional de La Laguna, en Torreón, Coahuila.

Luego de su exitosa presentación en Río de Janeiro, Brasil, en el marco de los pasados Juegos Olímpicos, y en el Museo de las Culturas de Oaxaca, la colección llega a este recinto del norte del país, como parte de las celebraciones del Día Internacional de los Museos, donde se presentará a partir del jueves 24 de mayo, en la Sala de Exposiciones Temporales.

Las delicadas piezas fueron realizadas por las antiguas civilizaciones del centro de Veracruz (mixe, zoque y nahua, entre otras), que los especialistas denominan culturas de la Costa del Golfo, las cuales habitaron esa región desde el periodo Preclásico Terminal hasta el Epiclásico (100 a.C.- 900 d.C.). Proceden de sitios arqueológicos como El Zapotal, La Higuera, Isla de Sacrificios, Patarata, La Campana y Remojadas, en Veracruz.

Considerada una colección única en la historia del arte mundial, las figurillas fueron descubiertas en una región que se extiende a lo largo de 800 km, desde el sur de Tamaulipas hasta los pantanos del oeste de Tabasco, donde está la frontera con las Tierras Bajas Mayas del sur.

Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y curador de la exposición, indicó que las “caritas sonrientes” son piezas que personifican rostros únicos y aunque repiten actitudes, adornos y atuendos, la expresión no es la misma, ya que “las personas no sonríen de la misma forma ante eventos inesperados, sentimientos de alegría o por nerviosismo”.

Esas representaciones de hombres y mujeres, y excepcionalmente de niños, hallados en contextos domésticos y también en ofrendas, están más cercanas a los retratos, “seguramente buscando plasmar en barro a la gente de las propias comunidades”, señaló el arqueólogo.

Muchas figurillas son instrumentos musicales como silbatos y flautas, lo que puede explicar la demostración de júbilo, que posiblemente acompañaba a las ceremonias propiciatorias de inicio o fin de ciclos.

Las que cumplen esta función, según la arqueóloga María José Reyes Parroquín, quien realizó un catálogo de piezas procedentes del Museo de Antropología de Xalapa, destacan por su posición erguida con los brazos levantados a la altura de la cara, un rostro en el que se aprecia la deformación craneana de tipo tabular oblicua, así como el limado de los dientes que asoma entre la sonrisa.

Pedro Francisco Sánchez Nava señaló que aunque algunas fueron usadas como compañía de un difunto en su viaje hacia el inframundo, la mayoría de las figuras se hallaron en contextos domésticos, campos agrícolas, cuerpos de agua y vertederos, que son grandes acumulaciones de material a orillas de montículos de sitios como Dicha Tuerta, Nopiloa, Apachital, Loma de los Carmona y Los Cerros.

La deposición de estos vertederos pudo estar marcada por los 52 años que tardan los calendarios mesoamericanos de 260 días y 365 días en coincidir, marcando la celebración de un nuevo ciclo.

Referente a los tocados de las ofrendas mortuorias del periodo Clásico en la Costa del Golfo (200-900 d.C.), se ven los diseños de Mictlantecuhtli, el señor de la muerte; Macuilxóchitl , espíritu de los hombres que murieron en las batallas; Quetzalcóatl, en su representación de Ehécatl (dios del viento) y Tlahuizcalpantecutli y su asociación con Venus.

Considerando los diferentes tipos de sonrisas: falsa, amortiguada, sincera, burlona, desdeñosa, temerosa, triste, etc., los arqueólogos mexicanos creen que las expresiones faciales de las figurillas, “en su mayoría, muestran una sonrisa sincera y en ningún caso se ha identificado una triste”.

Estas expresiones del arte de la Costa del Golfo se han estudiado desde finales del siglo XIX por Leopoldo Batres, Francisco del Paso y Troncoso, Hermann Strebel, Franz Blom y Oliver La Farge. Más tarde, en la década de los años 50 del siglo XX, Alfonso Medellín Zenil presentó las tipologías que sirvieron para la actual exposición.

En el año 2000, Eduardo Planchart estudió la risa en Mesoamérica desde una perspectiva simbólica, mientras que en 2008 Cherra Wyllie concluyó que las figurillas de El Zapotal, Veracruz, fueron dedicadas a la deidad de la muerte. Finalmente, en 2011 María José Reyes Parroquín realizó un catálogo de piezas procedentes del Museo de Antropología de Xalapa.

Muchas preguntas aún persisten y algunas se irán respondiendo en tanto se avance en el conocimiento de estas antiguas culturas, concluyó Pedro Francisco Sánchez Nava.