Autor Arnulfo Roque Huerta/ 

No cabe duda que las vacaciones siempre son muy bien recibidas en la comunidad escolar; los días de descanso representan una gran felicidad entre alumnos y maestros, más aún en las fechas decembrinas. Estas vacaciones llenan de alegría a los chicos, les emociona la navidad, el año nuevo, así como todo lo que estas celebraciones representan, ofrecen y generan.

Es en verdad un placer ver los rostros iluminados de los estudiantes cuando han salido de vacacione y saber que de una u otra forma se encontrarán descansando y disfrutando (en su gran mayoría) con una sonrisa en su rostro.

No siempre nos es fácil a los profesores acercarnos a cada uno de los alumnos para poder desearles unas felices fiestas, por ello hoy quiero tomar este espacio para hacerles llegar mis mejores deseos a todos y cada uno de esos chicos que hacen posible que hoy sea un profesor que goza en gran manera de una de las vocaciones más gratificantes en el mundo entero y de la cual además muchos vivimos.

Yo sé que en estos tiempos no todos los chicos encuentran en las festividades navideñas un verdadero motivo para celebrar y mucho menos para agradecer, pero aun así quiero pedirles que no pierdan su tiempo tratando de encontrar el hilo negro a la navidad y que solamente se dejen abrazar por este ambiente que de una u otra forma atrapa, contagia y cura las heridas que muchas veces no hemos querido sanar.

Quiero recordarles que el rencor, la amargura y la tristeza son malos consejeros para la juventud, que solo destruyen, detienen y frustran, que engañan a sus espíritus haciéndoles creer que es cool ir en contra de las buenas costumbres y de lo que verdaderamente edifica, por ello es necesario que den y ofrezcan perdón, que llenen su vida de felicidad y su corazón de gozo, que busquen estar bien primeramente con ustedes mismos y con todos y cada uno de los que los rodean pues aunque a veces no lo parezca se ocupan, se preocupan y luchan por ustedes.

A mis alumnos de la secundaria particular, a mis alumnos de preparatoria turno matutino, a los de preparatoria turno vespertino, a mis ex alumnos, a los padres de familia, a mis compañeros maestros, a mis directivos y a todos los que de alguna manera me han permitido otorgarles algún tipo de enseñanza y por supuesto a todos los amables lectores de esta columna, a ustedes mis mejores deseos esperando que se permitan disfrutar de la familia, agradeciendo por el grande privilegio de contar con una una, que descansen física y espiritualmente, pues mucha falta hace dejar descansar el alma, que su espíritu se regocije y encuentre la paz que por años han buscado.

Deseo que sus hogares sean reedificados con comprensión, unidad y paz, que puedan encontrar el verdadero significado del amor que es lo que encierra la navidad; que se ocupen menos de lo que habrán de cenar y se ocupen más el con quién han de compartir los alimentos, que antes de buscar o recibir grandes regalos agradezcan el regalo de la vida: la suya y la de los seres amados; que dejen por un momento a un lado lo material y permitan que lo espiritual llene sus casas para encontrar las bendiciones que la navidad ofrece.

Su profesor, servidor y amigo así como mi amada familia les deseamos una navidad bendecida y un año nuevo lleno de sueños alcanzables, perdón sincero, amor real y sobre todo muchas ganas de seguir a delante sin quejas ni llantos innecesarios, sin preocupaciones eternas y solución rápida de problemas y contratiempos. ¡Bendiciones y paz para todos!