Por: Redacción

Para el poeta Josu Landa (Caracas, Venezuela, 1953) “no hay verdadero pueblo sin la poesía”; sin embargo, ésta ha sido peligrosamente sustituida por medios audiovisuales en una sociedad actual que vive una decadencia educativa global, una falta de exigencia a la técnica y un abismo entre el compromiso con lo valioso y lo que da ganancias monetarias.

Así lo planteó el profesor durante su intervención del miércoles 16 de noviembre en la Biblioteca Vasconcelos, donde los usuarios, pausando por un momento su lectura, se dispusieron a escuchar las charlas “El Estado de la poesía” 1 y 2 que llevó hasta el centro de la capital Di/Verso. Encuentro de poemas en la Ciudad de México 2016.

Acompañado de los poetas María Auxiliadora Álvarez, Anthony Seidman y Ana Franco Ortuño (quien moderó la charla), Josu Landa hizo un llamado de atención sobre el hecho de que el público potencial para escribir y leer poesía, ha sido mermado por uno de los peores sistemas educativos y la situación general de abandono cultural.

“Estamos en una debacle total, sobre todo cuando las élites están pensando en cosas que no son de ninguna manera trascendentes o definitorias para la existencia humana. Cuando lo que importa es cómo ganar más, cómo hacer mayores negocios, cómo explotarnos más y destruir lo poco que queda en el mundo”, manifestó.

Asimismo, el poeta y filósofo expresó su preocupación por un falso culto a la tecnología que pretende legitimar por sí mismo un acto como poético, proliferando una producción con falta de sentido crítico, tanto de quienes escriben poesía como del público receptor. “No basta la técnica, pero tampoco los que piensan que aquello que debía aprenderse, una pericia o un dominio técnico, es innecesario”, aseguró.

La reflexión de Anthony Seidman (California, EUA, 1973), quien señaló la condición moribunda de la poesía en su país, estuvo orientada a su preocupación del desarrollo de programas y talleres de creación literaria que refuerzan la idea de que en la universidad se aprende a escribir.

“Aunque cada vez hay más premios y becas, parece que cada libro se lee igual; ya no hay riesgos y la búsqueda de una nueva voz es difícil”, comentó el poeta, profesor y traductor.

Otro aspecto del estado actual de la poesía fue expuesto por María Auxiliadora Álvarez (Caracas, Venezuela, 1956), poeta y traductora a quien le llama la atención la mezcla de las artes en la producción joven, no desde el sentido negativo, pero mantiene que es necesaria la calidad de las manifestaciones.

Señaló el valor que tienen por sí solos los versos al contar la historia de una nación. Dicha dimensión política no debe perderse en las expresiones poéticas, advirtió.

Sin embargo, dijo tener esperanza, pues el arte ha sobrevivido en otras épocas a pesar de las adversidades: “Somos pocos pero siempre estamos. El arte siempre estará ahí; en las distintas maneras que se manifieste, como cada cultura lo asimile, pero se mantendrá vivo”.

Ana Franco Ortuño (Ciudad de México, México, 1969) tocó el tema del escaso público que tiene el gremio, fenómeno que muchos han dicho se debe a la complejidad que tiene el elemento poético. Para la poeta mexicana se trata de una suma de elementos tecnológicos, oficialización del ejercicio y pocos medios o plataformas de difusión que, sin embargo, no han eliminado por completo que ciertas personas comiencen a leer y escribir poesía.

Y cuestionó sobre la sobreproducción del ejercicio poético: “¿Qué hacemos entonces, mejor que sigamos con públicos de cinco o siete personas enfrente y nos quedemos tranquilos? Yo personalmente no me quedo tranquila. A mí me parece importante saber dónde está el público y por qué no está llegando al hecho poético en sí”.

El tema de las becas en México, que generan otro tipo de relación entre poetas que compiten por lo mismo y confrontan a los que están fuera de este sistema fue destacado por Luis Felipe Fabre (Ciudad de México, México, 1974), en una segunda mesa de discusión sobre el estado de la poesía.

El también ensayista y profesor invitó a que las nuevas generaciones rechacen el deber de la poesía actual, pues muchas veces las becas conllevan condiciones de escritura temática que trivializan el papel del autor, alejándolo de un compromiso entre la realidad, la sociedad y la expresión misma.

La homogenización de las formas poéticas también fue mencionada por Francisco Segovia (Ciudad de México, México, 1958), quien después de aclarar que en realidad en ningún tiempo se ha leído poesía a gran escala en un pueblo, se deben repensar las dimensiones y criterios literarios, y rechazar aquellos que no dejan fluir la creatividad.

Sara Uribe (Querétaro, México, 1978) aceptó que si bien los sistemas cambian, la poesía en realidad no ha tenido nunca un apoyo por parte del Estado, y si los tiene, el poeta debe considerar que son recursos públicos, financiados por la ciudadanía, y no por un funcionario, por lo que debe tener presente cómo regresar ese apoyo a la comunidad.

Di/verso. Encuentro de poemas en la Ciudad de México propicia, en su primera edición, el intercambio de voces y perspectivas dentro de la amplia gama de propuestas poéticas procedentes de distintos países y diversas zonas del territorio nacional y la propia ciudad.

El encuentro es organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en colaboración con la Coordinación de Difusión Cultural, la Dirección de Literatura y “Periódico de Poesía” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).