Por: Redacción 

Cómo abordan el género de novela negra y sus técnicas para captar la atención del lector fueron los tópicos que compartieron los escritores mexicanos Élmer Mendoza y Paco Ignacio Taibo II durante la mesa de reflexión Novela negra. Secretos de cocina, en el marco del primer Festival Internacional de Novela Negra Huellas del Crimen.

Para Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 6 de diciembre, 1949), miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) del Fonca, y considerado uno de los escritores de novela negra más importantes en México, indicó que un elemento relevante son las falsas pistas y algunos lectores tienen la categoría de detectives.

“Ellos siempre estarán buscando saber de qué va la historia, quieren adelantarse o descubrir antes la página 26. Si un autor consigue llevarlos hasta el final de su historia tendrá el respeto de quien lo lee, pero eso no será posible si no es hábil en el manejo de las falsas pistas”, aseguró el autor de Balas de plata a la audiencia reunida en el Teatro Polivalente del Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario.

Élmer Mendoza expresó que “al detalle” de las falsas pistas de manera particular le llama perturbación, pues si éstas son el entramado literario conseguirá que el lector detective haga una lectura intensa, y a la vez desconcertada que lo hará llegar al final.

“La base de las falsas pistas no siempre es fácil planearlas. Yo escribo, por ejemplo, tres capítulos y luego hago una la corrección tranquila, reviso cómo moví al protagonista, al antagonista, cómo hacer crecer las historias secundarias. Al final no se detesta a los personajes delincuentes, pues son humanos y en esa oscuridad íntima la gente puede confesarse a sí misma”, expuso el miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

El premio nacional de literatura José Fuentes Mares por El amante de Janis Joplin, dijo que un autor siempre tiene historias en la cabeza, es por ello que él, al terminar un escrito debe empezar a escribir algo nuevo, e indicó que generalmente no sabe cómo terminaran sus historias.

“Yo sí hago un plan de trabajo, busco una frase seductora para empezar fuerte y atrapar muchos lectores, si consigo escribir unas primeras líneas que peguen, al menos leerán el primer capítulo, al terminarlo, me dan la posibilidad de que sigan leyéndolo”, señaló el autor de El misterio de la orquídea calavera.

El escritor mexicano, acompañado por Paco Ignacio Taibo II (Gijón, Asturias, España, 11 de enero, 1949), dijo tener una creencia “enfermiza” en la imaginación, esto al no realizar notas ni investigación, pero sí hacer lectura de la prensa.

“Tengo la costumbre de que si me encuentro un error que hay que modificar, regreso a la página uno, eso ocurre muchas veces. Práctico la autocorrección, no la disfruto mucho pero es la forma en que consigo desprenderme como escritor de todo lo que puedo compartir con los lectores”.

Tras describirse como un “autor clavado”, Élmer Mendoza señaló que la buena literatura nace del exceso y que las novelas van convirtiéndose en personajes importantes en la vida del autor. “Uno debe escribir con absoluta sinceridad, hay elección en el lenguaje, en la historia, se puede crear la atmósfera más intensa, dinámica, crear un discurso como me dé la gana”, puntualizó.

Al tomar la palabra, Paco Ignacio Taibo II mencionó que en la novela hay virtudes extraliterarias. “Yo defiendo la idea de que hay que proteger la autonomía de la literatura, las obsesiones, manías y placer. Creo que la novela te proporciona un nivel de intensidad”, apuntó.