Redacción

El presidente de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente, senador Alejandro Armenta Mier (Morena), concedió guardar un minuto de silencio en memoria del historiador Adolfo Gilly, destacado profesor, ensayista y politólogo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“A nombre de la Comisión Permanente expreso la solidaridad de la Asamblea con la comunidad universitaria y les solicito guardemos un minuto de silencio en memoria del doctor Adolfo, solicitando ponerse de pie”, añadió.

Previamente, la senadora Patricia Mercado Castro (MC) y el senador Gabriel García Hernández (Morena), pidieron a la Mesa Directiva guardar el minuto de silencio a la memoria y trayectoria del investigador Adolfo Gilly, referente del pensamiento de izquierda del país y pionero en la defensa de los derechos humanos.

Los registros de la Universidad Nacional Autónoma de México refieren que Gilly se graduó en 1946 como maestro normalista en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta de Argentina. En 1948 obtuvo la licenciatura en Producción de Justicia, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Obtuvo el doctorado  en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y durante más de  30 años desarrolló su labor como  docente y de investigación en la Facultad de Economía en los años de 1977 y 1978 y a partir de 1979 en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Fue uno de los más grandes historiadores, al destacar  “pasión en torno a los temas sobre los procesos histórico-sociales del siglo XX de México”, señala la UNAM.

Una de sus más grandes obras es La revolución interrumpida,  publicada en 1971, obra que fue comentada por Octavio Paz, quien en una carta que le envió a Adolfo Gilly, le señaló: “ Por fortuna un amigo me prestó hace unos días un ejemplar. Lo leí de un tirón. Su contribución a la historia de la Revolución Mexicana es notable. No lo es menos la que hace a la historia viva, quiero decir, a la historia de México, en estos días, todos vivimos y hacemos (o, a veces, deshacemos).