Por: Redacción

José Emilio Pacheco Berny, considerado uno de los autores fundamentales de la literatura de México del siglo XX, es un escritor que simplemente cumplió con su destino, que era escribir, aseguró su viuda Cristina Pacheco.

El autor del título emblemático Batallas en el desierto fue un polígrafo que cultivó diversos géneros, como la poesía, el cuento, la novela, el ensayo, la traducción y el artículo periodístico. Una expresión depurada y una complicada sencillez hacen que su obra sea definitiva y fundamental en la literatura mexicana.

Nacido el 30 de junio de 1939 en la Ciudad de México, donde falleció el 26 de enero de 2014, José Emilio Pacheco estudió derecho y letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Consagró su vida a la literatura en diferentes facetas, como poeta, novelista, cuentista, ensayista, traductor, antólogo y cronista cultural.

En el marco del aniversario 77 del natalicio del escritor, quien fue galardonado con el Premio Cervantes de Literatura en 2009, Cristina Pacheco destacó que hasta el momento la familia no ha pensado en donar la basta biblioteca personal del autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo a instituciones como la Biblioteca México o El Colegio Nacional, de donde era miembro desde el 10 de julio de 1986.

“Por el momento la situación se queda tal como estaba en la casa de José Emilio, está aquí en esta casa su biblioteca y aquí está su obra, en la medida de lo posible, en la medida de lo que yo pueda lograr, desde luego que haré cuanto sea necesario para proteger, difundir y ampliar la obra de un escritor mexicano que cumplió con su tarea y con su destino, que era el de escribir”.

La también escritora, periodista y conductora aseguró que lo más importante es “proteger la biblioteca en lo que vale; no me refiero al dinero, me refiero al esfuerzo que hizo por crearla, al amor que demostró al buscar cada libro, cada traducción, cada edición, aquí en esta biblioteca están sus lecturas, están presentes sus amigos”.

La familia de José Emilio Pacheco dijo que no se preparó ninguna edición especial de su obra para la conmemoración de este el 77 aniversario de su natalicio; sin embargo, Cristina Pacheco advirtió que se analiza la posibilidad de recopilar y publicar la columna Inventario que durante más de 40 años apareció primero en el periódico Excélsior y luego en la revista Proceso.

“Eso lo estamos viendo, lo estamos atendiendo con mucho cuidado, no quiero precipitarme, ha tenido que pasar un tiempo (a raíz del fallecimiento del escritor, acaecido apenas hace dos años) para controlar un poquito las emociones, a partir de esa actitud un poco más serena, tomaré decisiones”.

Y es que personalidades de la talla de Juan Villoro se han pronunciado por la recopilación de estos Inventarios, quien de hecho consideró que se trata de una deuda pendiente con el escritor. “Como ensayista, todavía estamos por conocer a un autor, porque no se han publicado los Inventarios. Es importante que se recopilen todas estas columnas de la prensa, que equivalen a una auténtica enciclopedia de nuestra cultura”.

Su legado, el amor a la palabra

Para Cristina Pacheco el principal legado de José Emilio es, ante todo, “un profundo respeto, un amor realmente excepcional a las palabras, una pasión por la escritura y por la lectura. Fíjese simplemente que él se murió escribiendo”.

Su vida, dijo, la consagró a esa pasión, “por su trabajo, por sus libros, por escribir e investigar, y por compartir sus conocimientos con otras personas. Realmente es digno de un enorme respeto, un enorme respeto y una gran emoción por mi parte”.

Entre la amplia obra de José Emilio Pacheco destacan títulos como Los elementos de la noche (1963), No me preguntes cómo pasa el tiempo (1969), Los trabajos del mar (1984), Miro la tierra (1986) y Ciudad de la memoria (1989) en poesía, mientras que a manera de relato se encuentran El viejo distante (1963), El principio del placer (1972), La sombra de la medusa y otros cuentos marginales (1990), Morirás lejos (1967) y Las batallas del desierto (1981).

Decía Elena Poniatowska que el escritor “toca fibras en las que se reconocen, en las que tú y él y yo, ustedes y nosotros, nos identificamos. Lo suyo es nuestro. Hacemos el libro con él, somos su parte, nos convierte en autores, nos refleja, nos toma en cuenta, nos completa, nos quita lo manco, lo cojo, lo tuerto, lo bisoño”.

Mientras que el Instituto Cervantes, en su portal web, apunta que la obra de José Emilio Pacheco destaca por la experimentación en nuevas estructuras y técnicas narrativas, siendo los temas como la pérdida, la singularidad de la niñez, así como las relaciones afectivas, los más recurrentes en su obra, “aspectos enmascarados” por su preocupación social e histórica de México.

Además de haber sido galardonado con el Cervantes, José Emilio Pacheco fue reconocido con los premios Xavier Villaurrutia (1973), el Nacional de Ciencias y Artes en el campo de Lingüística y Literatura (1992) y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2009.