Por: Iudex

Parece ser que el arbitraje en un partido de suma importancia como lo es el duelo entre Chivas y América, siempre va a dar más que hablar que el partido en sí. En esta ocasión, Luis Enrique Santander fue el encargado de impartir justicia en el llamado Clásico Nacional y no encontramos con lo mismo de cada torneo, que se llama inconsistencia. Solo tuvo dos aciertos en un total de cinco jugadas sancionadas por el central.

Las dos correctas son obvias, y es que si no se marcaban, se necesitaría retirar a Santander del futbol profesional. La primera fue en el penal donde Pablo Aguilar arroyó dentro del área a Alan Pulido a menos de cinco metros del central, quien sin dudarlo señaló la pena máxima, que adelantó a los rojiblancos al minuto 29, gracias al cobro de Saldivar.

La segunda fue hasta la segunda mitad, exactamente al minuto 51, en el cual, Miguel Samudio pisoteó debajo de la zona genital a Jesús Sánchez, luego de que este le había sacado el balón en la barrida. Lo curioso de esta jugada está en que Samudio lo hizo justo en frente del abanderado y este último no señaló nada, hasta que Luis Enrique hizo sonar su silbato, como quien dice, se hizo guaje y esperó hasta que el central decidiera que hacer.

Antes de que llegar la expulsión de Samudio y como ya es costumbre, la parte negra de su accionar apareció. Al minuto 35, el mismo ‘Chapo’ Sánchez tuvo que haberse ido expulsado por una entrada dura, temeraria y a destiempo sobre Michael Arroyo, sin tocar la pelota y directo al pie de su rival. Ante esto, Santander decidió no marcar absolutamente nada y es que era difícil, la distancia que tenía con la jugada era enorme.

Además de esta, hay una serie de acciones que valen por dos, que son los reclamos de Ricardo Antonio La Volpe que fueron solapados una y otra vez por el colegiado. El argentino aprovechaba cada jugada que marcaba el árbitro para reclamarle airadamente, incluso se metía al terreno de juego. Para no hacer esto más largo, debido haber estado expulsado antes del minuto 60, cuando ya registraba más de cinco reclamos fuertes hacia Santander.

Muchos dicen que expulsar a un técnico no produce cambios, pero claro que lo hace y más cuando el técnico, que en esta ocasión fue perdonado, se mete al terreno de juego y corta una jugada manifiesta de gol para el equipo rival, poniéndole el pie a uno de los rivales y llevándolo al suelo, cosa que no hubiera pasado si se hubiera sancionado la invasión de cancha previa y los reclamos constantes. Una vez más, el cuarto árbitro esta solo para anunciar cambios y tiempo agregado.

Al parecer tendremos que acostumbrarnos aún más a este tipo de errores, al menos hasta que las cámaras y la repetición aparezcan en nuestro futbol, mientras tanto, el panorama se ve más gris que en otras épocas. Solo queda adaptarnos a los arbitrajes bipolares y al afán de protagonismo que tienen los centrales en la primera división, que no llevan a ningún lugar nuevo, solo nos conducen, a lo mismo de siempre.