Por. Redacción/

El Rector de la Universidad Autónoma Chapingo, Sergio Barrales Domínguez, hizo un llamado a los investigadores de la UACh, al Congreso de la Unión y al Gobierno Federal a enfrentar el nuevo reto de la sustentabilidad de la agricultura, pero no como “un modelito nuevo o algo romántico”, sino desde el punto de vista de la producción de alimentos sanos a fin de resolver algunos problemas de salud pública y aminorar los efectos del cambio climático.

Reconoció que no es fácil asegurar que Chapingo va resolver la problemática o que en menos de un año estará resuelta, sin embargo, afirmó que hay grupos de investigadores dentro de la UACh que están en ese camino, metidos en la agricultura orgánica y consideran lo sustentable.

Advirtió que también tenemos que resolver el asunto de quién va a consumir lo que producimos pues mientras sigamos importando mucho maíz aunque elevemos la productividad no lo vamos a poder distribuir y sí se fomentará la pérdida de productos agrícolas.

En el marco de la celebración del “Día Nacional de Agrónomo”, donde se presentaron 12 propuestas de política pública, el Rector Sergio Barrales Domínguez, dio a conocer que estos resultados se presentarán a la Cámara de Diputados, al Senado de la República así como al Conacyt y al Gobierno Federal.

Las doce propuestas: Programa Nacional para el Rescate de Maíces Nativos y Producción de Maíces Mejorados, Biodigestores Rústicos para reducir el consumo de leña y gas LP, Huertos familiares en zonas urbanas y periurbanas, valor agregado en la producción de haba, ecointensificación y remineralización de suelo agrícola para producción de altos rendimientos en granos.

Asimismo, extracción de resina liquidámbar en México, captación de agua de lluvia para uso doméstico en comunidades rurales, programa nacional del café, producción de naranja orgánica, rescate y producción de orquídeas, escuelas campesinas, capacitación y asistencia técnica para el establecimiento de huertos familiares.

En tanto, para el Subdirector de Extensión y Servicio de la Universidad Autónoma Chapingo, Pedro Ponce Javana, el servicio universitario es una forma de vinculación permanente con el medio rural y urbano para la población en pobreza y pobreza extrema ya que las innovaciones tecnologías deben llegar oportunamente al campo y mejorar las condiciones de vida.

Afirmó, ante dirigentes campesinos, así como ejidatarios e indígenas, que el Programa de Especial de Extensión y Vinculación Universitaria (PEEVU) no es una actividad burocrática; es social y académica por lo que sirve a la UACh y por ello cualquier concepto de desarrollo que no aporte nada a la agricultura y medio ambiente, no sirve.

Informó que en el PEEVU participan más de 250 académicos, más de 500 estudiantes y tienen programas de apoyo a comunidades campesinas e indígenas en pobreza en más de 20 estados del país y esto no quiere decir que le estamos haciendo el trabajo al Estado.

“Solo cumplimos y estamos pendientes de las contingencias nacionales como la del sismo del 19 de septiembre de 2017 donde con tres brigadas chapingueras en Morelos y Oaxaca acudimos a auxiliar a la población. Además ya se cuenta con casas y aulas antisísmicas y no vamos a entrar a la competencia del comercio cuando nos invita Sedesol como empresas inmobiliaria”, precisó.

Al participar en el evento, el profesor – investigador Gerardo Noriega Altamirano, luego de explicar que los suelos agrícolas están sumamente debilitados, propuso la creación del Atlas de Fertilidad de los Suelos y el Atlas de la Microbiología del Suelo.

Enfatizó que en el Valle del Mezquital, en Hidalgo, luego de más de dos años de trabajo en la comunidad, la producción de maíz creció ya a las 20 toneladas por hectárea, cifra superior a las 12 toneladas que se obtienen en Sinaloa, estado insignia en la producción de este grano simbólico de México.

Gerardo Noriega Altamirano, informó que también trabaja ya en el estado de Morelos con la producción de maíz amarillo orgánico y en la Sierra Alta de Hidalgo se promueve un paquete tecnológico con biofertilizantes para restaurar la productividad de los suelos.

Otro de los programas que ya da resultados son los módulos de captación de agua de lluvia los cuales permiten un ahorro económico para la población en el pago del acarreo del vital líquido o la compra de garrafón, dijo el investigador Rafael Sánchez Bravo.

Precisó que en once años se han instalado mil 200 módulos de captación de agua de lluvia con lo cual la población beneficiada ha registrado ahorros económicos por un monto total anual de 13,275 pesos.

Para el investigador y Director del Laboratorio de Recursos Hídricos, también se ha dignificado a la mujer campesina pues recientemente se han instalado lavaderos comunitarios con una cisterna y tinaco para captar agua de lluvia, lo cual permite que las campesinas ya no vayan al río o laguna más próxima para lavar la ropa.

En tanto, el investigador Takuo Hozumi, indicó que la instalación del Biodigestor Rústico en comunidades pobres ha permitido que las familias campesinas obtengan ahorros por cerca de seis mil pesos anuales en la compra de tanques de gas. También se ha abatido la tala de árboles como uso de leña.

Aurelio Bastida, investigador y encargado de los huertos familiares y escolares señaló que se han instalado 176 huertos lo que permite que los integrantes de una familia puedan cultivar las hortalizas para su alimentación y disminuir el gasto en la compra de estos productos.