• Lorenzo Córdova sostuvo que “las condiciones para que en 2024 se vuelva a organizar la mejor elección en términos técnicos y organizativos de nuestra historia están sobre la mesa”.

Por: Redacción/

El sistema electoral mexicano funciona bastante bien, aseguró el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, “no solamente porque permite que las elecciones dejen de ser un problema como hace 30 años, sino porque permite que la gran competitividad política se recree de manera pacífica y sin conflictos postelectorales”.

En este sentido, refrendó que actualmente no es necesaria una reforma electoral. “Si no hay una reforma electoral, no pasa nada”, dijo en el marco del Foro Internacional En defensa del INE y de la democracia mexicana, organizado por la Universidad de Guadalajara, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), la Fundación Internacional para Sistema Electorales (IFES) y TRANSVERSAL.

Al participar en el segundo panel titulado La importancia del INE para garantizar elecciones libres y equitativas en México, sostuvo que “las condiciones para que en 2024 se vuelva a organizar la mejor elección en términos técnicos y organizativos de nuestra historia están sobre la mesa”.

Ante los ex consejeros presidentes del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, Leonardo Valdés Zurita y José Woldenberg, así como la ex consejera del IFE, María Marván Laborde, Córdova apuntó que para que una reforma electoral sea pertinente tiene que cumplir con tres condiciones: el consenso político y de ser posible unánime, que sea para mejorar el sistema y que sea producto de diagnósticos adecuados.

Durante su participación, el Presidente del INE hizo un recorrido por las reformas electorales que fueron base para la transición democrática de México y puntualizó datos duros que respaldaron su afirmación respecto a que el sistema electoral mexicano funciona bien. “El INE, en ocho años, ha organizado exitosamente 322 procesos electorales, tanto federales como locales, ordinarios y extraordinarios, mecanismos de participación directa, elecciones internas y hasta una Asamblea Constituyente”, señaló.

INE se ha convertido en la garantía del pluralismo partidario

En su intervención, la ex consejera del IFE, María Marván, subrayó que “el INE se ha convertido en la garantía del pluralismo partidario; gracias al INE es que los partidos tienen una plataforma en la cual concurrir para disputarse el poder en elecciones libres y secretas”.

Desde el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la académica llamó a garantizar la suficiencia presupuestaria del Instituto Nacional Electoral. “El INE no puede, de ninguna manera, llevar a cabo las elecciones con todos los requisitos que le impone la ley” sin recursos económicos suficientes.

“Disminuir el presupuesto del INE en 2023 y 2024 es, no sólo debilitarlo, sino debilitar el corazón de nuestra democracia”, enfatizó.

Reforma constitucional implica la destrucción de lo construido

Por su parte, el Consejero Presidente del IFE de 1996 a 2003, José Woldenberg advirtió que la reforma constitucional en materia electoral enviada al Legislativo por el Presidente de la República “implica la destrucción de lo construido y que ha cumplido con su misión”; es decir, del INE, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), así como de los institutos electorales y tribunales locales.

Hoy, subrayó, “tenemos elecciones auténticas, los resultados dependen de las oscilaciones de los humores públicos y la diversidad política ha logrado convivir y competir de forma pacífica. No obstante, las baterías del gobierno se orientan hacia el entramado electoral que le permitió convertirse en la primera fuerza política”.

“Parece necesario recordar que la autonomía de las autoridades electorales no es una necesidad más, es una condición indispensable para que puedan cumplir con su función”, acentuó Woldenberg.

Transición a la democracia ha promovido más libertades

En su oportunidad, Luis Carlos Ugalde, ex Consejero Presidente del IFE de 2003 a 2007, manifestó que la transición mexicana a la democracia “ha promovido más libertades, más distribución del poder, menos abuso del poder, más control de los gobernantes y más capacidad y reflexión de los electores”.

El Presidente de la República, criticó Ugalde, “usó y ha usado las reglas de esta democracia electoral mexicana para acceder al poder y ya instalado en el poder, ahora desafía de manera abierta no sólo al INE, sino a los principios de esta misma democracia representativa” y consideró “que la concepción de que la democracia es un instrumento para controlar al poder, se quiere desmontar”.

“La evidencia empírica nos dice que el sistema electoral mexicano, con sus deficiencias, ha funcionado. Desafortunadamente, en lo que estamos ahora es en una batalla de percepciones, de estigmas y de prejuicios”, mencionó Ugalde.

Lamentable amenaza de desaparición del INE mediante reforma

El también ex Consejero Presidente del IFE de 2008 a 2013, Leonardo Valdés Zurita, celebró la realización de este foro; no obstante, lamentó que el motivo del mismo sea la defensa del INE ante las amenazas de su desaparición como figura mediante la reforma constitucional propuesta por el Ejecutivo.

En el contexto de las reformas electorales, destacó que con la de 1996 “desaparecieron los colegios electorales, se creó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para hacer la calificación no política, sino jurisdiccional de las elecciones, se le dio autonomía plena al Consejo General del IFE y se creó un sistema de financiamiento público que permitió a los partidos políticos competir en términos de equidad en las elecciones”.

Gracias a esta reforma, mencionó, se instauró un nuevo polo de control democrático de las elecciones “profesional, institucional y jurisdiccional”. En términos de democratización, “hemos avanzado sobre todo en términos de los derechos de las y los ciudadanos”, estimó Valdés Zurita.

Este panel fue moderado por el analista político David Gómez-Álvarez.