• La Defensoría de los Derechos Universitarios fortalecerá la cohesión comunitaria y una interacción que parte del entendimiento y la valoración de la otredad.

Por: Redacción/

Para la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) es fundamental avanzar hacia una cultura de la paz –inclusiva e incluyente– para contar con espacios que propicien la apropiación y expresión de derechos y “creen conciencia de la trascendencia de este ejercicio entre nuestra comunidad y la población en general”, aseguró hoy el doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de esta casa de estudios.

Al inaugurar las Primeras Jornadas Internacionales de Artes y Derechos Humanos, sostuvo que en las instituciones de educación superior la promoción de los derechos humanos resulta crucial, porque contribuye a que los individuos se conviertan en sujetos activos de derecho y favorece la construcción de sociedades más justas, incluyentes y participativas.

“A eso aspiramos en la UAM con el impulso de estas acciones y es en esta línea que se inserta el proyecto que iniciamos y que contemplará la recepción de propuestas artísticas, académicas y científicas en temas como el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia; los pueblos y comunidades originarias y afrodescendientes; las personas de la diversidad sexual y las interseccionalidades, entre otras, promoviendo un diálogo abierto, plural e incluyente durante estas jornadas”.

Sin duda, este programa abrirá los espacios necesarios para la reflexión sobre el alcance y los desafíos en esta materia, porque con esta iniciativa la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) fortalecerá la cohesión comunitaria y una interacción que parte del entendimiento y la valoración de la otredad.

El Rector General confió en que el impulso –que conjugará durante esta semana actividades artísticas como teatro, canto, pintura y conferencias– que nace desde este organismo replique en otros espacios universitarios tanto en la Casa abierta al tiempo como en otras instituciones educativas, porque en estas jornadas se abordará otra dimensión de gran relevancia que es el análisis de las formas en que la gente puede entender a cabalidad la importancia de la garantía de sus derechos y de ahí asumir su defensa, no sólo desde una dimensión jurídica con un enfoque de políticas públicas”.

En la DDU “creemos que los derechos forman parte de la vida cotidiana de la sociedad como expectativa de una existencia buena, pero sobre todo como demanda susceptible de ser materializable frente al poder público y de los particulares”, señaló su titular, la doctora Guadalupe Huacuz Elías.

En estas Primeras Jornadas –que se enmarcan en el Día de los Derechos Humanos reconocido cada 10 de diciembre a partir de 1948– “también sabemos que el arte además de comunicar sana, a la vez que es una forma de denuncia, pues sus expresiones nos hacen entrar en otro mundo libre, de creatividad, que invariablemente vinculamos con nuestra vida diaria y con nuestro hacer y deshacer de todos los días”.

Durante una semana tendrán lugar –de manera virtual y presencial– varias mesas que reunirán a poetas, mujeres artistas de pueblos originarios que hablarán de su propia obra; otras compartirán su experiencia como raperas en el Estado de México y cerrarán con un concierto.

La doctora Yissel Arce Padrón, coordinadora general de Difusión, coincidió en que la iniciativa aportará al pensamiento y revisión crítica del vínculo entre el arte y los derechos humanos desde zonas sociales e inflexiones específicas.

Entre los objetivos principales del encuentro destacan “visibilizar las significaciones múltiples de los derechos humanos, lo que quieren decir en una universidad pública cada vez más urgida para intervenir y marcar los derroteros sociales en torno a problemáticas como la cultura de la paz y la no violencia, las temáticas de género y la condición emocional y psicológica de nuestra comunidad en esta emergencia sanitaria”.

Ente la Coordinación y la DDU “nos interesó dar cuenta de estos caminos donde la cultura es concebida como un espacio de transformación y construcción permanente de subjetividades reflexivas y críticas, revisitando y trabajando la conceptualización de derechos humanos desde las artes escénicas, danza, discapacidad, violencia en dictaduras militares, danza o género”.

En la conferencia inaugural, la profesora Irma Pineda Santiago de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Ixtepec, Oaxaca, y vicepresidenta del Foro permanente sobre cuestiones indígenas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresó que “el arte debe quedar manifiesto como uno de los derechos que tenemos como seres humanos y que se vincula al de la seguridad humana, que implica vivir libres de miedo, y nada mejor que el arte como mecanismo de sanación y de denuncia”.

Las mujeres indígenas “hemos retomado el arte y todas sus manifestaciones para curarnos frente a los procesos de violencia hacia nuestros cuerpos y territorios”.

La luchadora social dijo que en sus comunidades trabajan en una nueva visión hacia el futuro en la educación de sus hijas e hijos para generar un nuevo compromiso social que privilegie la equidad y que los derechos sean válidos para hombres, mujeres y la diversidad de género, que siempre ha existido en las comunidades indígenas.

Ahora se pelea para que a la indígena no se le encasille en aquellos estereotipos de que siempre anda con huipil o trenzas, porque ahora son empresarias, estudiantes de posgrado, artistas o representantes políticas. “Somos de una gran diversidad, pero nos identifica la raíz y pertenencia a un pueblo con continuidad histórica y con un territorio, así como con nuestras manifestaciones culturales y lengua”.

Pineda Santiago resaltó que los miembros de los pueblos originarios saben de medicina natural, son gente que le da importancia y defiende sus territorios porque “para nosotros la tierra es sinónimo de vida, 80 por ciento de la biodiversidad está en las poblaciones indígenas que se ha vuelto el objeto del deseo de gobiernos y empresas que buscan quitárnoslas”.

Entonces, a través del performance “nos hemos dado a la tarea de denunciar el ataque a la biodiversidad de los pueblos indígenas, así como hacer visibles la violencia doméstica, política, el racismo y las agresiones de las fuerzas armadas a partir de la declaración de guerra al narcotráfico durante la presidencia de Felipe Calderón.

“Las mujeres trabajan sus textiles, la orfebrería, la cestería o bien leen los textos de María Sabina, que aunque nunca aprendió a leer y escribir, algunos poemas fueron recogidos por la oralidad y plasmados en papel, pero además de esas expresiones artísticas y de denuncia también trabajan en tareas de prevención como cuando generaron avisos por la radio comunitaria o los altavoces de los pueblos durante la pandemia sanitaria.

La ceremonia de inauguración de las Primeras Jornadas Internacionales de Artes y Derechos Humanos, estuvo moderada por la doctora Claudia A. Mendoza Antúnez, secretaria técnica de la DDU, y en la modalidad virtual contó en la interpretación de señas de Itzel Alejandra Navarro.