• El proyecto de la tetra-transformación es minúsculo en comparación con el legado histórico de Lázaro Cárdenas.

Por: Israel Mendoza Pérez@imendozape/

Los rituales al 50 aniversario luctuoso del general Lázaro Cárdenas hicieron ver pequeña a la cuatroté. Lo inusual de la ceremonia del lunes 19 fue ver por unos minutos juntos al tres veces candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas y al presidente Andrés Manuel López Obrador. Más cuando las diferencias ideológicas y visiones políticas son abismales. Para el hijo del general, Morena no pertenece a la izquierda y el tabasqueño no es cardenista.

Desde que fue candidato a la Jefatura de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador ha tenido una fijación por la figura del expresidente Cárdenas. Su efigie, situada en la avenida eje central de la CDMX, ha sido punto para sus discursos y arengas en su apogeo. Aunque no quiso emularlo en habitar la exresidencia oficial de Los Pinos —siendo que Lázaro Cárdenas fue el primer presidente en habitarla— prefirió elegir la amplitud y el exquisito lujo conservador de Palacio Nacional.

El proyecto de la tetra-transformación es minúsculo en comparación con el legado histórico de Lázaro Cárdenas. El expresidente creó el Partido de la Revolución Mexicana (PRM); el ámbito educativo, a Cárdenas le tocó hacer efectiva la reforma del artículo 3º, por las reformas adoptadas en materia agraria, educativa, obrera y empresarial, aunado a la política internacional en apoyo a la República española, crearon tensiones sociales para el gobierno. El descontento se intensificó por parte de de asociaciones conservadoras como la Unión Nacional Sinarquista (UNS) fundada en 1937) y el Partido Acción Nacional (PAN) creado en 1939).

Así, Cuauhtémoc Cárdenas, en su discurso fue contundente al recordó que su padre “fue respetuoso de la oposición, como se puede constatar ante los persistentes y viscerales ataques de las oposiciones, respondiendo a ellos con su labor política y conducta cívica, pues sabía qué y quiénes la movían y quiénes las representaban, con la convicción de que no significaban riesgo alguno a la obra de la revolución”.

Y lanzó la insinuación a quien ahora ya tiene delgada la piel, por muy ‘tronantes y agresivas’ que fueran sus declaraciones, esa oposición solo ejercía su derecho a la disidencia, por lo que el gobierno de su padre las respetó.

Y es que sus críticas a Morena y los símbolos utilizados por este partido son demoledoras, en diciembre de 2019, en entrevista con la prensa española, Cárdenas Solórzano señaló que en el espectro de la izquierda al partido en el poder “no lo veo. No sé dónde esté Morena desde el punto de vista ideológico”.

En la guardia de honor también estuvieron Dolores Padierna, originaria de la lucha de la vivienda y opositora al PRI es lo que la ubica en una izquierda primitiva y de mayor descomposición con los videoescándalos de 2004; Claudia Sheinbaum del movimiento estudiantil del CEU que encontró confluencia con la Corriente Democrática de Cárdenas en 1988 aunque es una izquierda pragmática y Lorenzo Meyer de los intelectuales de la izquierda amalgamada en el perredismo y ahora incondicionales del movimiento-partido por tener un espacio para su vástago en la Sedatu.