Por: Redacción/

José Francisco Valdés Galicia, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) y coordinador del Programa Espacial Universitario (PEU) de la UNAM, recibió el Premio Mario H. Acuña de la Asociación Latinoamericana de Geofísica Espacial (ALAGE).

El galardón reconoce a un científico distinguido de una institución de educación y/o investigación en América Latina, cuyo trabajo ha sido sobresaliente para crear infraestructura destinada a la investigación en ciencias espaciales (terrestres o a bordo de naves espaciales) en uno o más países de la región.

Valdés Galicia, investigador universitario y exdirector del IGf, cuenta con una amplia trayectoria en el campo. “Tenemos un detector de rayos cósmicos en México que funciona ininterrumpidamente desde hace 30 años y, actualmente, poseemos dos detectores en Sierra Negra, Puebla: uno, el Telescopio de Neutrones Solares, que es parte de una red mundial de siete instrumentos dedicados al estudio de ese astro.

Dichas partículas son importantes porque no les afecta el campo magnético del Sol, del medio interplanetario ni de la Tierra, por lo que traen información “prístina” que ha permitido hacer descubrimientos importantes.

Ahí mismo, se cuenta con un detector único en el mundo, el supertelescopio centellador de rayos cósmicos, conformado por 15 mil “barritas de plástico” que emiten luz cuando una partícula las atraviesa. El instrumento, de 27 toneladas, se ubicaba en el Fermilab, en Chicago, pero “los japoneses pensaron que podría servir para analizar el flujo de radiación cósmica que viene del espacio. La Universidad de Nagoya donó los equipos, que también han servido para la formación de estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado”.

Valdés es parte del grupo mexicano que trabaja en el Observatorio Pierre Auger, primero en el mundo diseñado para estudiar rayos cósmicos de altas energías, ubicado en Argentina; de igual modo, en sus inicios fue integrante del equipo que propuso el Observatorio de Rayos Gamma HAWC, que también se ubica en Sierra Negra.

Como director del IGf, el primer presidente de la ALAGE también impulsó el Observatorio de Centelleo Interplanetario de Coeneo, a cargo de la UNAM. En todos esos sitios de investigación se han formado jóvenes mexicanos y de Latinoamérica.

Luego de recibir el premio, consistente en una medalla y diploma, presentó en una conferencia magistral algunos de los hallazgos del telescopio de neutrones solares de Sierra Negra, como el registrado el 7 de septiembre de 2005, “cuando descubrimos, con evidencias directas, que el Sol puede acelerar partículas hasta 10 GeV (10 x 1010 electrón volts), una energía grandísima para una partícula”.

El 7 de marzo de 2011, por primera vez se observaron rayos gamma en la Tierra (asociados a una ráfaga solar), que hasta entonces sólo se habían detectado en el medio interplanetario y con ayuda de satélites, ejemplificó.

Tras destacar el papel de la UNAM en la creación de la Agencia Espacial Mexicana en 2010, y de recordar la Red Universitaria del Espacio, refirió que el rol del programa que hoy coordina es aglutinar, cohesionar y gestionar los esfuerzos de las entidades que desarrollan investigación espacial, como los institutos de Geografía, Geofísica, Ciencias Nucleares y Astronomía, así como la Facultad de Ingeniería.

El PEU también organiza el concurso CanSat, que en su sexta etapa, realizada hace unos días, contó con la participación de 35 equipos y alrededor de 200 estudiantes.

Por último, Valdés Galicia calificó como un honor recibir el premio que lleva el nombre del destacado científico argentino, investigador principal de los programas Pioneer y Voyager de la NASA y a cuyo grupo se debe el descubrimiento de los anillos de Júpiter, entre otras contribuciones.

La ALAGE, fundada en 1993, agrupa a científicos de la región y provenientes de países europeos como Alemania, Francia y España, así como de Estados Unidos y Japón.