Por: Redacción/

Las niñas de 6 a 11 años de edad y los niños de 2 a 5 años son las principales víctimas de abuso sexual, principalmente perpetrado por un varón adulto, de 36 a 40 años de edad, conocido del infante, de acuerdo al análisis realizado por el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.

Desde el año 2013 el organismo ciudadano atiende de forma particular la problemática del maltrato infantil, dentro de este trabajo se han atendido casi una centena de casos de violencia sexual, donde se observa que las menores del sexo femenino son quienes sufren principalmente de los abusos sexuales, con un 80% de los casos.

En términos generales, son los menores de 2 a 11 años los que padecen este delito, ya que suman 7 de cada 10 casos, es decir, el 72% de los reportes atendidos por el organismo ciudadano, y el 28% restante son adolescentes de 13 a 17 años de edad.

Al hacer un comparativo por sexo, se observa que en las niñas la edad predominante de abuso sexual es de 6 a 11 años, con un 35% de los casos, es decir, 3 de cada 10, le sigue el rango de 2 a 5 años con el 28%. En el caso de los niños, la edad en que principalmente sufren de abuso sexual es el rango de 2 a 5 años, con un 36%, es decir, 3 de cada 10, en segundo lugar, se encuentra el rango de 6 a 11, con un 29%.

Uno de los mitos del abuso sexual infantil es suponer que lo sufren menores de edad que tienen algún problema de discapacidad, sin embargo, de acuerdo a los reportes se observa que esto solo ha ocurrido en el 5% de los casos, es decir, es una minoría.

Por lo que se refiere a las características del agresor, éste es principalmente del sexo masculino en un 96% de los casos y el 4% restante del sexo femenino. La edad principal del abusador es de 36 a 40 años, con un 20%; y en segundo lugar de 26 a 30 años, con un en 12%; y, en tercer lugar, con un 10%, son mayores de 70 años.

Otra creencia que se desmitifica es pensar que quien lo realiza es un desconocido, ya que los abusadores son prácticamente conocidos del menor, principalmente los padrastros y los abuelos, cada uno con un 15% de los reportes; seguidos del tío, con un 13%; el padre con un 11%, los primos en un 10%; los vecinos en un 8%; los maestros en un 7% y los hermanos con un 3%.

El hecho de que sean conocidos también influye en el lugar donde ocurre el abuso, ya que es principalmente en casa de la víctima, con el 69% de los casos, seguido con un 8% la escuela, en un 6% la casa de los abuelos y con el mismo porcentaje de 6 la calle.

También es común que las personas piensen que los abusos sexuales no son frecuentes o de una sola vez, pero en el 21 % de los casos ha tenido una duración de 1 a 3 años, con el 20% de uno a 11 meses, y en el 36% se desconoce el tiempo que duró el delito.

El abusador sexual actuará en función de las condiciones propias del menor, pero normalmente mostrará empatía para generar confianza y poder llevar y tener a la víctima en el lugar determinado donde cometerá el delito. De igual forma recurrirá principalmente al miedo para tratar de manipular a los niños con el propósito de mantener el secreto.

Recurrir a la compra de juguetes, jugar físicamente a las cosquillas o al doctor, dar o pedir besos, pedir acostarse juntos, ofrecer la realización de actividades que pueden llevarse a cabo de manera aislada, como la regularización de clases, invitarlo a jugar en su casa, pedir que lo acompañe a sitios solos como las azoteas, entre otros, pueden ser medidas adoptadas por los abusadores, donde se busca interactuar sin supervisión de otro adulto.

Para evitar este problema es importante que los padres hablen abiertamente con los niños y niñas sobre límites corporales. Enseñarles que su cuerpo es suyo y que absolutamente nadie puede tocarlo, y mucho menos sus partes íntimas, comunicarles que deben decir fuerte y claro NO, y que no deben guardar secretos.

Es muy probable que los abusadores utilicen amenazas para evitar romper el silencio, por lo que es importante que cuando algún niño o niña abra el tema, los adultos les crean, no se le juzgue y se les reitere que no es culpa de ellos lo que ha ocurrido, que se fortalezca la confianza. Es responsabilidad de los adultos el dar el seguimiento correspondiente.

El Consejo Ciudadano tiene disponible para los cuidadores primarios (mamá/papá/abuela/abuelo/etc.) la línea infantil, el 5533 5533, las 24 horas, con la cual pueden contar con un grupo de especialistas para saber qué hacer en caso de sospecha de algún evento hacia los niños y niñas. Y mantiene alianzas con organizaciones especializadas como Tlayacoxtli, que se especializa en la detección y atención del delito.