• Los expertos señalan que se deben incorporar la inteligencia artificial, la biotecnología, la nanotecnología y el cómputo cuántico, entre otros elementos.

Por: Redacción/

La sociedad y la economía del conocimiento requieren de políticas públicas de alta intensidad que incorporen la inteligencia artificial, la biotecnología, el cómputo cuántico, la nanotecnología, el internet de las cosas y la manufactura aditiva, entre otros elementos que están transformando el entorno y las actividades del ser humano, señalaron los autores del libro México frente a la sociedad del conocimiento, editado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Durante la presentación del texto –realizada en el marco del Seminario internacional Innovación y sociedad del conocimiento, organizado por el Departamento de Administración de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– los profesores coincidieron en que entre los problemas acuciantes de las sociedades se encuentran la desigualdad entre países y regiones por los diferenciales que genera el avance técnico, la expansión del desempleo, la desinversión productiva en naciones en vías de desarrollo al perder sus ventajas, sobre todo las salariales, así como los dilemas de implementación de las tecnologías actuales en la vida cotidiana de las personas.

El doctor Víctor Carreón Rodríguez, investigador del CIDE, sostuvo que “quizá estamos ante la última oportunidad de nuestra nación para ser parte de los líderes en temas de ciencia, tecnología e innovación”, y para ello se requiere una política pública de alta intensidad con una acción coordinada de políticas a nivel federal y estatal, y con la participación de los sectores público y privado.

Los países que no sean capaces de generar conocimiento e innovación y de incorporarlos a su dinámica tanto social como económica, difícilmente podrán tener un espacio en los nuevos derroteros del desarrollo y del bienestar social.

Respecto de los distintos escenarios para México advirtió que el primero de ellos es inercial, en el que “no diseñamos una estrategia enfocada en aquellos nichos donde tenemos ventaja y no existe política pública coordinada entre el sector público, privado, social y gubernamental”, por lo que “si seguimos con este modelo vamos a ser rebasados como ya lo fuimos con Corea del Sur”, pero también por Indonesia, Nigeria o Turquía, que en este momento tienen indicadores similares a los de México.

El segundo es una suerte de coordinación estatal y regional que dé cierto dinamismo a la ciencia, la tecnología y la innovación; un tercer escenario sería aquel donde existe una política pública agresiva, dinámica, en la que hay una conexión entre los tres niveles de gobierno y los sectores público, privado y social.

El doctor Enrique Cabrero Mendoza, ex director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, subrayó que México tiene posibilidades de incorporarse a la sociedad del conocimiento, sin embargo, “esto no es automático, es un proceso en el que tendría que llevar a cabo muchas cosas para poder insertarse”.

En primera instancia es importante evaluar cuál es la capacidad de innovación de las empresas mexicanas, así como en la formación de capital humano calificado y qué tanto el país absorbe y está incorporando las tecnologías disruptivas en sus procesos productivos y de organización de la sociedad.

Hay un consenso de que “en el sector de la economía y la sociedad industrial puede llevar un siglo o más que una nación en desarrollo logre altos niveles de adelanto; sin embargo, en la economía de la sociedad del conocimiento estos tramos pueden efectuarse en 30 años”, que es el caso de Corea del Sur; el dilema es si México será capaz de lograrlo.

El doctor Miguel Adolfo Guajardo Mendoza, investigador del CIDE, apuntó que hay una complejidad reciente relacionada con la dinámica del cambio tecnológico, pues no sólo se trata de la velocidad con que ocurre y el surgimiento de dispositivos, sino de un escenario en el que interaccionan en forma intensiva múltiples sectores, incluido el internet, con las denominadas tecnologías disruptivas que implican una línea nueva de mejora.

Se trata de un problema que van a experimentar los países con gran penetración de este tipo de tecnología, pero los menos industrializados, que todavía tienen un progreso sustentado en actividades primarias, quedarán un poco aislados.

En la inauguración del seminario, el doctor Oscar Lozano Carrillo, rector de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, señaló que la pandemia “nos ha metido en dimensiones de reformulación del paradigma de interacción social, de relación con el medio ambiente y la cultura, y la universidad pública tiene que participar en este tipo de reflexiones.

La UAM se mantiene a la vanguardia en este tipo seminarios porque “al mismo tiempo que reflexionamos estamos procesando mecanismos de implementación en el orden público y social”, de lo que da cuenta, por ejemplo, la instrumentación del Proyecto Emergente de Enseñanza Remota (PEER), una metodología que ha permitido durante más de un año, mantener una relación cotidiana con nuestra comunidad en materia de docencia y que ha detonado una vinculación muy importante.

El doctor Lozano Carrillo destacó que la Unidad Azcapotzalco impulsó la creación del programa UAMedia, que en este momento está en una red de colaboración con ocho universidades de seis naciones de Latinoamérica bajo el cual “estamos atendiendo en tiempo real a 500 microempresas de México, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, acompañándolas en un proceso de intervención estratégica digital” para su supervivencia y avance.

Este tipo de vinculación que se ha generado en la crisis sanitaria muestra “esta nueva ruta en que la institución se inscribe” y, sobre todo, “acercamos a la universidad a la sociedad en momentos difíciles como éste para que exponga un signo de esperanza, fortaleciendo la resiliencia en un contexto como el de la pandemia”.

En la organización del Seminario internacional Innovación y Sociedad del Conocimiento también participaron el grupo de investigación Gestión y Planeación para el Desarrollo Local (Gepladel) de la Unidad Azcapotzalco, Infotec y la plataforma Canou, de innovación y crecimiento para emprendimientos.