Por: Redacción 

Los derechos humanos son una herramienta y norma fundamental del Estado de derecho, de la democracia misma. Aunque en los últimos años han cobrado relevancia, no se trata de un tema nuevo, pues se remonta al siglo XIX y están contemplados en nuestra Constitución; con las reformas políticas de 2011, acapararon la atención de la población en general, señaló Rodrigo Gutiérrez Rivas, del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.

Estas prerrogativas son una labor cotidiana en la que intervienen todos los ciudadanos; además, protegen las necesidades y los derechos de expresión, salud y vivienda, entre otros, dijo en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, que desde 1948 se conmemora hoy, 10 de diciembre.

De igual manera, estas facultades defienden a las personas antes de llegar a los tribunales y son la oportunidad de la ciudadanía para participar en las decisiones de los gobernantes, situación que no debe limitarse con la emisión del voto.

“Los derechos humanos no se pueden vender, intercambiar ni quitar; no prescriben, se deben respetar y garantizar”, apuntó Gutiérrez Rivas, y agregó que en las últimas tres décadas estas garantías se han violentado de forma masiva.

Ejemplo de ello es que con la ola neoliberal, en combinación con la neoconservadora, salieron a flote muchas necesidades de la población en asuntos de educación, salud y vivienda, entre otros.

Otras situaciones que apuntan en ese sentido son los 28 mil desparecidos, las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas y la presencia del ejército en las calles. “Los soldados no pueden cumplir tareas de policías”, acotó el coordinador del área de derechos humanos del IIJ.

Al abordar otro tema relacionado con estas garantías, en específico la plusvalía, comentó que es positiva si se aplica para controlar los dividendos de constructoras y el abuso de personas y empresas que al apropiarse de espacios públicos obtienen cuantiosas ganancias económicas.

También se violan otros derechos, como el del agua, subrayó. La aplicación de su impuesto estaba dirigida a tener una sociedad más justa, equitativa y con mejor distribución de ese recurso, pero los estratos con mayor poder adquisitivo son los beneficiados, concluyó.