Por: María Manuela de la Rosa Aguilar/

Que si fue el primer informe de gobierno o el tercero, pues más bien diría que el primero de juris, el tercero de facto. Lo que podríamos destacar es que hay una voluntad política de informar y eso abona mucho no sólo a la transparencia, sino a contar con fundamentos para el análisis de la gestión de este gobierno.

El informe del presidente López Obrador fue extenso, aunque no muy explícito. Refleja la preocupación por el tema de seguridad, que fue del que más aspectos mencionó, por encima del tema sobre bienestar social.

De este informe destaca lo siguiente:

Las estrategias en torno a la seguridad nacional abarcan diversos ámbitos. En primera instancia se refirió al objetivo prioritario de recuperar el estado de derecho, de ahí la creación de la Fiscalía General de la República, principal bastión para erradicar la corrupción y reactivar la procuración de justicia, pero cuyos resultados aun no han podido fructificar. Es una tarea complicada dado el escenario de impunidad que se ha vivido por décadas. En unos dos años podremos ver si esta nueva fiscalía logrará por fin hacer honor a la justicia con imparcialidad

El presidente señaló que orientó las acciones a la prevención de la violencia y el delito, fortaleciendo las capacidades institucionales y mejorando la coordinación territorial entre los 3 órdenes de gobierno, marcando con ello el inicio de una nueva forma de gestión.

Otro elemento para la seguridad es el garantizar empleo, salud y bienestar, a través del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, para capacitar a 1,200 jóvenes, a los que se han integrado un total de 329, esto es, una cuarta parte de lo planeado.

Dada la importancia del respeto a los derechos humanos, manifestó que se dio capacitación de manera continua sobre los DH a las fuerzas de seguridad. Aunque cabe aclarar que desde hace varias administraciones las fuerzas armadas han dado gran importancia a una cultura sobre los DH, por lo que todos los soldados y marinos reciben la materia de DH, tanto en los diversos centros de adiestramiento como en todos los planteles militares, incluso con cursos especializados.

Asimismo, planteó reformular el combate a las drogas previniendo y reduciendo el consumo de drogas en niños y jóvenes a través de acciones comunitarias y de la mejora de las condiciones de vida, urbanización, actividades deportivas, culturales y seguridad. En este rubro, la Comisión Nacional contra las Adicciones trabajó intensamente a través de sus 341 unidades de atención ubicadas en todas las Entidades Federativas, beneficiando a 2’747,929 jóvenes. Labor muy acertada que debería contar con mayor apoyo y una coordinación interinstitucional, ya que la atención a las adicciones es un trabajo que requiere esfuerzos prolongados, pues sólo así puede solucionarse de raíz este grave problema.

López Obrador dijo emprender la construcción de la paz con 83 operativos de las FAS en coordinación con la policía de los tres órdenes de gobierno, atendiendo más de 3 mil delitos a fin de fortalecer entornos seguros; expresión que sorprende un poco, ya que los operativos, si bien necesarios e inevitables, no son precisamente acciones de concordia, ya que se trata muchas veces de enfrentamientos con delincuentes peligrosos de gran temeridad.

Para la recuperación y dignificación de las cárceles se creó el Comité Técnico Consultivo y de Coordinación de Planeación y Programación de la Gestión del Sistema Penitenciario, así como el Comité Anticorrupción, a fin de dar transparencia en el manejo de recursos y gestionar políticas integrales hacia el interior de los penales de todo el país, donde se encuentran 1’963,762 reclusos. Y en este sentido, los comités, bien enfocados, podrían generar importantes avances para una verdadera readaptación que posibilite la reinserción en la sociedad. Hagamos votos porque esto se haga una realidad.

El presidente enfocó los esfuerzos en articular la seguridad nacional, la seguridad pública y la paz, que aunque son ámbitos diferentes, confluyen de manera tangencial y vale la pena atender la problemática nacional de forma integral.

Se dotó a las FAS y al Centro Nacional de Inteligencia (dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana), como un órgano desconcentrado que funge como un sistema de investigación y de información, para preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado. Y si estos organismos operan de manera conjunta, con los recursos humanos y materiales necesarios, es posible lograr a mediano plazo que México vuelva a la tranquilidad, siempre y cuando los órganos de justicia hagan lo suyo y en este escenario la Fiscalía General tendrá en sus manos la gran oportunidad de cumplir la ansiada promesa de la Ley.

El primer mandatario habló del intercambio de información con Guatemala, Honduras y El Salvador, gracias a lo cual se logró anticipar escenarios sobre la movilidad de grupos migratorios irregulares, para dar seguimiento a caravanas de migrantes, que han generado una crisis que sigue latente y crece cada vez más, pero que también consume un importante esfuerzo de los cuerpos de seguridad, tiene un costo para el Estado y lamentablemente también para los ciudadanos mexicanos.

Así que, sin dejar sus funciones constitucionales, las FAS contribuyeron a la formación, estructuración y capacitación de la Guardia Nacional. Que a mediano plazo se estima asuma las funciones de preservación de las instalaciones estratégicas y de protección civil en todas sus facetas a nivel federal.

La Guardia Nacional se integró con personal de todas las Unidades de la Policía Militar, la Policía Naval y personal de la Policía Federal, haciendo un total de 58,602 elementos distribuidos en 105 coordinaciones regionales y se inició la construcción de los alojamientos para 81 compañías en los Estados de Guanajuato, Jalisco y Michoacán, lo que indica que faltan instalaciones en 29 Estados.

Mencionó que la Guardia Nacional es una institución de seguridad pública civil, disciplinada y profesional, órgano desconcentrado de la SSyPC, pero el hecho es que los elementos que lo integran son militares que fueron enviados a cumplir con las funciones de la GN; esto es, nuevamente las FAS se desdoblan para cumplir con toda clase de tareas que le sean asignadas.

Para tal efecto, se conformaron 32 coordinaciones estatales y 266 regionales, pero los números no dan, ya que sólo se desplegaron 105. La estructura de dichas coordinaciones está conformada por el gobernador de cada Estado; el Comandante de la Zona Militar o Naval correspondiente; el comandante Estatal de la Guardia Nacional; el Jefe de Estación de la Policía Federal; el Secretario de Seguridad del Estado; representantes de las Fiscalías o Procuradurías Generales de Justicia de los Estados; así como del súper delegado de Programas. ¿Qué hacen y que logros han alcanzado? Queda pendiente la respuesta.

Por otra parte, el señor presidente informó que el Ejército destina 7,915 elementos a la protección de las instalaciones estratégicas de PEMEX, Servicio de Administración Tributaria, Comisión Federal de Electricidad, Comisión Nacional del Agua, Centro Nacional de Control del Gas Natural, Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos, Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y Aeropuertos y Servicios Auxiliares.

Falta anotar que de PEMEX hay unas 140 instalaciones; del SAT por lo menos unas 80 en todo el país; de la CFE hay 64 centrales hidroeléctricas y un total de 181 centrales de menor tamaño; respecto a CONAGUA, en el 2011, sólo de plantas potabilizadoras de agua había 653 plantas, sin contar presas y demás acuíferos; de Caminos y Puentes Federales, sólo de carreteras principales hay 73 casetas. De esto, en cifras conservadoras, suman 1,191 instalaciones estratégicas a cargo de casi 8 mil elementos, sin contar los aeropuertos y Laguna Verde: Misión imposible; sin embargo, se cumple a cabalidad y prueba de ello es que hasta la fecha no se han registrado incidentes.

Amén de que las FAS han desarrollado todas las funciones constitucionales que se le han asignado, que incluyen: actividades operativas de muy diversa índole; su capacitación continua, de acuerdo con la currícula que marca el riguroso escalafón en la carrera de las armas; actividades interinstitucionales; la aplicación del Plan DN-III-E; la relación e intercambio internacional, en cumplimiento a los múltiples compromisos signados por el Estado Mexicano, así como de apoyo a países hermanos, etc…; rubro en el que han sido evidentes los resultados es el combate al robo de combustible, es el aseguramiento de 1,021 tomas clandestinas, lo que traduce no sólo buenos resultados, sino la gravedad del problema.

Por lo que respecta a la PFP destaca el aseguramiento de 7,025 vehículos utilizados en la comisión de diversos delitos y la recuperación de 3,001 vehículos con reporte de robo, cifras que traducen el trabajo de investigación que realiza dicha institución, que merece un reconocimiento.

La seguridad nacional es un tema prioritario y así lo hizo ver el presidente de México.