• La industria 4.0 integra la banda ancha para el tráfico de datos y los centros repositorios de datos; la inteligencia artificial para potenciar las habilidades humanas y el Big Data y analítica, en cuyo centro se encuentra el Internet de las cosas.

Por: Redacción/

Debido a la incertidumbre económica que ha ocasionado la pandemia las empresas tienen el reto de ensamblar las tecnologías digitales que conforman la industria 4.0 para dar saltos tecnológicos en la era post COVID-19, señaló el doctor Jordy Michelli Thirion, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La industria 4.0 integra la banda ancha para el tráfico de datos y los centros repositorios de datos; la inteligencia artificial para potenciar las habilidades humanas y el Big Data y analítica, en cuyo centro se encuentra el Internet de las cosas, detalló.

En el ciclo de conversatorios Acciones empresariales frente a la pandemia por SARS-Cov-2, el profesor del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco reconoció que el líder mundial en este acoplamiento de herramientas convergentes es Japón.

“Los datos son resultado de procesos humanos y con base en algoritmos se reconocen los gustos y necesidades de potenciales consumidores. Esa información se convierte en fuente de control y sirve para establecer nuevos negocios que necesariamente requieren regresar a la economía material”.

El especialista detalló que esa rama tiene un límite como la depauperación de la gente, pero quizá en el futuro se inventen cosas que no se puedan vender en un sector monopolizado, por lo que el límite del crecimiento de la economía digital se encuentra en la materia.

“Sobre la industria 4.0 existe una polisemia en su significado: es un cambio de paradigma en la producción industrial o el nombre genérico de iniciativas estratégicas de política industrial”, dijo.

Pero se refiere también a la mejora de los esquemas de producción, productos y procesos industriales mediante el uso de tecnologías digitales, que tiene su origen en los años setenta del siglo pasado, que ha ido incorporando procesos de administración y controles inteligentes.

“En este tipo de industria el rasgo básico es la interoperabilidad entre distintos sistemas digitales y organizacionales de las empresas, así como la actualización de productos y procesos. En Estados Unidos, antes de la pandemia, la expectativa de la economía digital situaba las ventas en 156 mil 600 millones de dólares para 2024, valor nueve veces superior a aquel de 2019, cuando ascendía a 17 mil 100 millones de dólares”, expuso en la Conferencia, Retos y tendencias de la industria 4.0 y la transformación digital.

De acuerdo con estudios recientes, existen dificultades para adoptar ese ámbito en la economía, se ha aplicado en el aspecto administrativo pero enfrenta conflictos en la esfera de la producción.

En Internet el objetivo es la transmisión de datos y la tendencia es el incremento de la potencia de transmisión y la miniaturización de los chips o transistores, que ahora tienen el tamaño de un nanómetro.

El doctor Antonio Arciénaga Morales, profesor de la Universidad Nacional de Salta, Argentina, calculó que la pandemia ocasionó en 2020 el cierre de 2.7 millones de empresas pequeñas, lo que equivale a 20 por ciento del sector en América Latina y el desempleo afectó a 8.5 millones de personas, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

“Ese impacto se puede desglosar en efectos más específicos como debilidades estructurales y en la atención de los clientes, fallas en los suministros, modificación de la logística. Frente a esta situación se percibe un proceso de aceleración de los proyectos digitales de las entidades empresariales y la consultora McKinsey reporta que en Estados Unidos el comercio electrónico en tres meses alcanzó la meta pronosticada para el año 2030”.

Para la doctora Lisaura Rodríguez Alvarado, investigadora del Departamento de Sistemas de la Unidad Azcapotzalco, el reto de la industria 4.0 es concretar el concepto de la nueva revolución industrial, ya que desde su aparición marcó la convergencia de los sistemas informáticos y digitalización.

“Esta nueva era se prevé que opere de una manera flexible, segura, eficiente e inteligente, y esa concepción ha creado nuevas oportunidades y vulnerabilidades que requiere de un cambio evolutivo en el terreno de la digitalización”.

También deben valorarse proyectos estratégicos de negocios donde interactúen aspectos digitales y físicos, además de considerar la madurez digital de la tecnología y procesos alineados a objetivos claros y con valor agregado.

Actualmente “requerimos de un nuevo rol de las personas para la transformación digital, por lo que la cultura organizacional busca la colaboración interdepartamental para el manejo de datos. Enfrentamos variables de sistemas más flexibles y personalizados que requieren de mayor capacitación a nivel operativo, lo que se conoce como talento 4.0”.

En la actividad organizada por la UAM y la Asociación Latinoamericana de Gestión Tecnológica (ALTEC) el maestro Fernando Ortega San Martín, director del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica de Perú, evaluó que esta revolución tecnológica se vincula con el campo digital, de donde surgirá una economía con procesos nuevos.

“Al cierre de la presente década los cambios serán significativos, la tecnología entrará a nuestros cuerpos, lo que ocasionará un salto evolutivo, se va a incorporar a nuestro cerebro y con ello se inaugurará el mundo de la inteligencia artificial”, finalizó.