Por: Eduardo Guerrero

 

Las modificaciones a las bases de licitación y el modelo de contrato para la segunda convocatoria de la Ronda Uno, tienen como propósito “flexibilizar” los contratos, es decir, hacerlos más atractivos para las empresas con el propósito de que los resultados de esta etapa no sean un nuevo fracaso como los de la primera, advirtió la vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado, Dolores Padierna.

Sobre las modificaciones, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) acordó que los interesados paguen 2.5 millones de dólares como garantía de seriedad por todos los contratos que ganen y no por cada uno, como estaba estipulado originalmente, esto para hacer más atractivas las licitaciones.

Asimismo, podrán participar como interesados individuales al mismo tiempo que participan en un consorcio, la única condición es que no presenten oferta por el mismo contrato.

De los cambios más importantes, por mandato de la Secretaría de Energía (Sener) y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) consiste en que la garantía de cumplimiento sobre la inversión mínima se hará mediante un 50 por ciento del monto de inversión comprometido en las bases de licitación, más el monto que se haya subastado el día de las ofertas económicas.

“Lo que demuestran es que tienen una prisa inexplicable por concretar la privatización del sector a toda costa, sin importar que los resultados en términos de aumento de la producción sean magros y que el Estado renuncie cada vez más a su participación en el valor de los hidrocarburos y a su capacidad regulatoria”, aseguró Padierna Luna.

A consideración de la legisladora es inexplicable que la autoridad pierda capacidad regulatoria en aras de concretar una licitación que no aportará mayores resultados a los aparentes propósitos de la reforma energética, ya que se trata de privatizar sólo 9 campos en aguas someras en donde existen sólo el 1.6% de las reservas.

Padierna Luna afirmó que si bien es cierto que tanto la segunda como la tercera convocatorias ya están en marcha y el costo por cancelarlas sería muy alto, no hubiera pasado nada si resultaran tan poco concurridas como la primera, manteniendo las bases de licitación y modelo de contrato sin modificaciones.