• Néstor García Canclini participó en el ciclo Desafíos para las políticas educativas, las escuelas y los docentes tras la pandemia.

Por: Redacción/

Los espacios virtuales de aprendizaje son necesarios para adquirir habilidades nuevas que permitan a primarias, secundarias y aun las instituciones de educación media superior y superior ir “recolocando nuestro lugar en las sociedades contemporáneas”, sostuvo el doctor Néstor García Canclini, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El investigador del Departamento de Antropología de la Unidad Iztapalapa señaló que procesos comunicacionales previos a la pandemia del COVID-19 “mostraban ya una ecología sociocultural en la que se percibían rasgos y dificultades, que ahora encontramos exacerbados”, por lo que es preciso considerar los cambios anteriores que se expresan, por ejemplo, en dos características de este tiempo citadas por Humberto Eco: “ya no nos importa como antes la pérdida de privacidad y lo que nos preocupa es la pérdida de visibilidad”.

Al participar en el Ciclo de conferencias: Desafíos para las políticas educativas, las escuelas y los docentes tras la pandemia. ¿Qué pueden hacer las escuelas con lo que se aprende afuera?, el filósofo y antropólogo ubicó en tales rasgos “una clave que nos puede ayudar a reflexionar sobre qué significan las escuelas cerradas y las virtuales, y que esta emergencia cause que muchas veces los educadores debamos salirnos del orden de los pupitres en fila y todos los alumnos mirando al maestro y al pizarrón para lanzarnos a redes digitales, plataformas y otros modos de informarnos y comunicarnos.

“De pronto tuvimos que pensar que así será la educación del futuro, de aprendizajes ubicuos, sin espacios escolares específicos y sin tiempo programado”, pues para muchos maestros este es un escenario que habría que tratar de cancelar, con una tendencia a imaginar que el regreso a las aulas en forma presencial, todos los días y con horarios completos sería la puesta entre paréntesis del mundo ajeno a la escuela, pero ¿realmente es tan ajeno?

El Profesor Distinguido de la UAM agregó que la emergencia educativa y cultural tan larga no ha dado tiempo para responder a esta pregunta y, aunque hay estudios sobre la enseñanza virtual y algunas experiencias parciales para innovar en los procedimientos sobre los dispositivos que se usan en clase y más allá del pizarrón, ¿cómo reconfigurar toda una institución y todo el sistema escolar de un país?

Esto ocurre, además, en un contexto en el que las discrepancias económicas han acentuado la desigualdad de conexión que ya existía antes de la pandemia y vuelve a tener una relevancia exacerbada. Antes, las diferencias sociales se diluían en los uniformes, “pero hoy vemos que unos acceden a plataformas y la posibilidad de ser acompañados en sus procesos de aprendizaje y otros tienen que arreglárselas con textos impresos o charlas por WhatsApp, si es que pueden acceder y si es que lo maestros comprenden todo lo que se moviliza en esta nueva ecología comunicacional”.

Entonces resulta evidente la importancia de contar con muchos saberes, de muchos lugares y escenas para poder armar una clase, un curso y ser una escuela, ya que hay centros de enseñanza en América Latina que están incorporado recursos digitales que ofrecen gran diversidad de cursos sobre cómo elaborar un presupuesto para pequeñas empresas; redactar un texto publicitario; diseñar espacios de trabajo, y la interacción en redes, entre otros.

También los hay sobre cómo escribir una novela; iniciar un huerto urbano; organizar una pequeña y mediana firma; tocar instrumentos; manejar Photoshop; adquirir habilidades para hacer mercadotecnia en Instagram, o editar videos; sin embargo, en las escuelas “estamos todavía en una situación de rezago respecto de lo que está ocurriendo en la sociedad”.

El investigador de la Unidad Iztapalapa mencionó los casos de la ilustradora Liliana Camacho, quien también trabaja en videojuegos, animación y publicidad, y y ya atiende a unos mil 400 jóvenes, así como al escritor Alberto Chimal, quien imparte talleres literarios desde 1993 y desde 2020 se incorporó a una plataforma, sumando más de 24 mil alumnos a distancia, pero “me preguntaba: ¿cómo atender a uno por uno?”.

Estos desafíos están en otro tipo de materias, no en las escuelas clásicas “a las que queremos volver y a las que estamos regresando en muchos países donde quizá podemos ir adquiriendo nuevas habilidades para que primarias, secundarias, preparatorias y aun las universidades vayamos recolocando nuestro lugar en las sociedades contemporáneas”.

Esto es clave porque en los últimos días se plantean asuntos desafiantes acerca de si son necesarias las escuelas y las universidades, lo cual “nos escandaliza a los profesores y las autoridades de los centros de enseñanza, pero conviene asumir que esa duda se está propagando en gobiernos, empresas e incluso en muchas familias”.

En algunas naciones hay autoridades e incluso ministros de educación que han cuestionado si gran parte de lo que se estudia en las instituciones de educación superior, incluidas las ciencias sociales, las humanidades y las artes, justifican el dinero que se gasta en ellas y muchas compañías prefieren egresados de instancias privadas e institutos tecnológicos donde se aprende a aplicar conocimientos y predomina la impartición de destrezas técnicas, por lo que “es preciso repensar, más allá de estas políticas neoliberales y de esta degradación, el papel del aprendizaje en la vida social”.

La caída de valoración social de la educación es anterior a la pandemia, la cual ha problematizado de otra manera la situación de cómo estar presentes en la vida de las sociedades y cómo aprender respecto de lo que se hace afuera de las escuelas.

Tal circunstancia puede entenderse mejor si se comprende lo que el sociólogo de la educación Adrián de Garay dice en el sentido de que las casas de estudio son lugares donde los jóvenes van a aprender y a emprender, debido a la importancia que han adquirido las industrias creativas y los emprendimientos como recurso para salir del desempleo, pero como actos individuales esto “evidencia el papel de estas instituciones de socialización para aprender a emprender con los otros y reflexionar con las humanidades, las artes y la experimentación con el fin de innovar y crear sociedades más justas, igualitarias y emancipadas#.

El doctor García Canclini dijo que “estamos en una etapa en que pese a todos los sufrimientos, tropiezos y pérdidas que nos ha traído el virus, los centros educativos sentimos que estamos entendiendo mejor” qué hacer con los videojuegos, con relatos de jóvenes viajeros que cuentan en sus sitios y podcast sus descubrimientos, y otros que muestran lo que se realiza con los recursos de salud alternativos junto con la medicina alopática, entre muchos más.

Todas estas son experiencias que “deberíamos incorporar en mayor medida a la currícula escolar, porque urge que nuestras escuelas consideren estos otros modos de acceder al conocimiento. Los saberes tradicionales se reubican en una nueva ecología, en otros modos de informarnos y de reflexionar”.

El Ciclo de Conferencias fue organizado por la Universidad Pedagógica Nacional Argentina y la Internacional de la Educación América Latina (IEAL).