Por: Redacción/

La pandemia por COVID-19 vino a agudizar el desafío que representa educar a las nuevas generaciones de todos los países, afirmó el senador Ricardo Monreal Ávila. Este reto nos convoca a imaginar, innovar y mostrar solidaridad con quienes más lo necesitan, puntualizó.

A través de un artículo nombrado La educación en el contexto de la COVID-19, el coordinador de la bancada de Morena en el Senado señala que la crisis en los sistemas educativos no es algo nuevo, ya que diversos países afrontaban este reto desde antes de la pandemia.

Informa que el secretario general de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, presentó un documento denominado La educación en tiempos de COVID-19 y más allá, en el cual advierte que, debido al cierre forzado de las escuelas, existe el riesgo de un déficit de aprendizaje, que podría impactar a más de una generación de estudiantes.

El legislador explica que, previo a la emergencia sanitaria, más de 250 millones de niñas y niños no estaban escolarizados, y casi 800 millones de personas adultas eran iletradas, lo cual permite dimensionar que el reto de la educación es un asunto de atención, justicia e igualdad social muy importante.

Detalla que la pandemia agudizó este desafío para todos los países y gobiernos, ya que el cierre de las escuelas ha perjudicado a 1.6 mil millones de estudiantes, en el momento más elevado de la crisis, en más de 190 naciones alrededor del mundo, es decir, el 94 por ciento de la población estudiantil mundial. Hasta 24 millones de alumnas y alumnos podrían abandonar los estudios en 2020, apunta.

De acuerdo con sus niveles de control de la pandemia, revela, algunos países han iniciado nuevamente las clases para no interrumpir el aprendizaje ni la interacción social. Es claro que entre más larga sea la interrupción escolar, mayor será la pérdida del aprendizaje; sin embargo, la reapertura se debe realizar con mucho cuidado y atención, puntualiza.

Entre ellos, subraya que Francia lo está haciendo de manera parcial, con un protocolo sanitario estricto, con pequeños grupos de estudiantes por salón, y la incorporación prioritaria de quien necesite más seguimiento educativo.

Por otro lado, precisa, Dinamarca fue el primer país europeo en abrir sus centros educativos, donde al principio lo hizo sólo para estudiantes de hasta 11 años, con un mayor espacio entre pupitres, lavado de manos cada dos horas y durante al menos un minuto, así como distancia de dos metros para ingresar a las escuelas y donde las aulas y espacios tenían que estar suficientemente ventilados.

En China, la apertura también ha sido gradual, indica, cada provincia decide cuándo retomar las clases, donde se privilegió el retorno de estudiantes de mayor edad, hasta llegar a primaria y preescolar.

Para Uruguay, argumenta que el retorno a clases comenzó el 26 de mayo, y también lo realizó por etapas y voluntario. “Es el primer país de América Latina que retomó la modalidad presencial”.

Señala que en Estados Unidos, si bien el presidente Donald Trump pidió el regreso a clases y la reapertura de las escuelas, aún persiste una importante polémica al respecto entre la sociedad y en cada uno de los estados federados.

En ese país, agrega, algunas universidades, como la de Boston, han decidido brindar sus cursos en línea; mientras que en otros se plantea un sistema híbrido, que combina la asistencia presencial a clases y los cursos a distancia.

Asimismo, destaca que, en México, el Gobierno federal anunció que ante la imposibilidad del regreso a clases presénciales, el ciclo 2020-2021 comenzará el día 24 de este mes, a través de los medios de comunicación, en particular de la televisión abierta.

Lo anterior, derivado del acuerdo al que se llegó con los cuatros principales consorcios televisivos. Para ello, habrá instrumentos adicionales, como los libros de texto gratuito, el respaldo de profesoras y profesores, y las transmisiones por radio.

Monreal Ávila asegura que una de las mejores formas de hacer frente al Covid-19, es a partir del conocimiento y la enseñanza. La educación para todas y todos es fundamental, dijo, así como proteger su financiamiento, invirtiendo en infraestructuras digitales, apoyando al magisterio, fortaleciendo la educación pública, laica y gratuita “y, sobre todo, apoyando a nuestras niñas, niños y jóvenes para el futuro”.